Ayer no fue 26 de marzo de 2022. No. Ayer fue 4 de marzo de 1811, porque el general Rafael Menacho y Tutlló volvió a morir por Badajoz mientras defendía la ciudad del asedio francés. Eso es, al menos, lo que la I Recreación de Los Sitios de Badajoz intentó escenificar este sábado en Puerta Pilar. A juzgar por la afluencia de público, que en ciertos momentos rozó el millar de personas, y los aplausos que se llevaron por parte de todas ellas, no lo hicieron nada mal.

El día comenzó con el tradicional acto que la Brigada Extremadura XI realiza cada año en honor a los caídos por España. A las once de la mañana, decenas de personas se reunieron en la avenida de Huelva, justo en la estatua de Menacho, para presenciarlo. Tras colocar una corona de laurel a los pies de la escultura, y una vez finalizado el desfile militar, dio comienzo el acto civil.

Integrantes de la Brigada Extremadura XI, ayer, rindiendo honores a Menacho en su estatua. Andrés Rodríguez

Los alrededor de 400 recreadores que participan en esta actividad pionera en la capital pacense formaron a lo largo de la avenida para mostrar su respeto tanto a Menacho como a los distintos intervinientes que dedicaron unas palabras al general. Primero fue el turno del creador de la escultura, Salvador Amaya: «Estamos aquí para rendir tributo a quienes defendieron a nuestra patria de la invasión francesa debajo de la estatua de un hombre que representa la entrega y el sacrificio de su propia vida por España».

Después le siguió Lourdes Torres, descendiente de sexta generación del hermano menor del mariscal, cuyo discurso continuó la línea del de Amaya: «Con su entusiasmo y grandes dotes de liderazgo, consiguió mantener alta la moral y la confianza de soldados y población».

Luego habló Alberto González, cronista oficial de la capital pacense, quien describió a Menacho como modelo del «mejor soldado español»: «Por sus virtudes militares y su defensa de Badajoz, sobran motivos para considerarlo ejemplo en el campo de la milicia y un badajocense más distinguido entre los mejores». Finalmente, cerró el acto el alcalde, Ignacio Gragera, destacando la faceta de regidor municipal «cercano al hombre de la calle y el alma de la ciudad».

Una vez terminados ambos homenajes, los recreadores desfilaron hacia la plaza Alta, donde confraternizaron con los curiosos que se acercaron a conocerlos de cerca. Después volvieron al baluarte de la Trinidad, base del campamento militar de época donde un tercio de los participantes, alrededor de 120, pernoctan este fin de semana.

Los recreadores disparan sus armas de avancarga en la plaza Alta, ayer por la mañana. Andrés Rodríguez

Recreación de la batalla

Allí repusieron fuerzas con una garbanzada para afrontar lo que les esperaba a las seis de la tarde en Los Cañones. Arriba, encima de la muralla, los españoles; abajo, en el césped, los franceses.

Un narrador se encargó de explicar todos los pormenores de la recreación mientras los protagonistas intercambiaban disparos con sus armas de avancarga empleando parte de los 40 kilos de pólvora adquiridos para la ocasión. Los asistentes aprendieron la historia que había provocado ese enfrentamiento, los movimientos de los soldados, el funcionamiento de la artillería e incluso la vestimenta de cada regimiento. A las siete, una hora después del comienzo de la recreación, Menacho, encarnado por Jesús Ruiz de Burgos, cayó fulminado por la metralla de una bala de cañón.

La escenificación terminó con un intento de británicos y portugueses por recuperar lo perdido, evidentemente sin éxito. Lo bueno es que hoy, Badajoz volverá a viajar en el tiempo. Al mediodía, el baluarte de la Trinidad se trasportará de nuevo al siglo XIX, concretamente a 1812, año en el que, con Menacho en la memoria, los aliados, esta vez sí, lograrán liberar a la ciudad de los franceses.