Han roto su silencio a la vista de la polémica que ha generado la obra que están acometiendo en la fachada para recuperar el aspecto original el convento del siglo XVII situado en la plaza López de Ayala de Badajoz. La comunidad de Clarisas Descalzas ha hecho público un escrito en el que piden que se respete su decisión de retirar el ornato que rodea la imagen de azulejos de Nuestra Señora de la Amargura. La obra de la fachada permanece parada desde la semana pasada por decisión de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura.

En su escrito, dirigido "tanto a nuestra querida ciudad de Badajoz, como a sus asociaciones y autoridades" en relación a "las objeciones" que ha recibido su decisión, las hermanas explican que el panel de azulejería fue colocado por la Cofradía del Cristo de la Espina y Virgen de la Amargura en el año 1945 "sin previa consulta ni aprobación por parte de esta Comunidad de Clarisas, al tiempo que se colocó de la misma manera el tejadillo y reja, adquirida, a su iniciativa y gusto, por una benefactora de la cofradía, en Sevilla". Desde aquel momento "hemos mostrado nuestra disconformidad". Es más, "nuestra escasa disposición económica no hubiera sido suficiente para acometer esta obra destinada a recobrar el decoro de las fachadas de nuestro convento de Nuestra Señora de las Mercedes -Clarisas Descalzas, por lo que recurrimos a ayudas públicas", cuyas condiciones indicaron, literalmente, que las obras "incluyan, en su caso, la recuperación de diseños y tratamientos originales de fachada a vía pública y/o eliminación de elementos añadidos impropios, tales como letreros, marquesinas, revestimientos, etc., que no se ajusten a la vigente normativa urbanística”. Es, por ambas convicciones, que "hemos decidido eliminar el impropio ornato formal que rodea al panel de Nuestra Señora que a lo largo de los años permanece indecorosa por la suciedad que dejan el tiempo y las palomas y que nadie hasta ahora se ha preocupado de mantenerla limpia y decorosa". Por ello piden que "se respete nuestra decisión y no se interpongan justificando su desaprobación con la piedad popular que nada tiene que ver con las cosas materiales que son muy secundarias, y si es así, entonces ¿dónde está fundamentada nuestra fe? Lo que deseamos es que permanezca, con el mismo decoro, dignidad y sobriedad, que el de Nuestro Señor Cristo de la Espina. Esperamos comprendan y respeten nuestra decisión y que cuanto antes se reinicie la obra. Dios les bendiga", concluyen.