Día Mundial del Teatro

El Teatro López de Ayala muestra sus secretos mejor guardados

El consorcio ha llevado a cabo una visita escenificada por el edificio cultural para dar a conocer todos sus rincones

Visitia guiada abierta al público por el Día del Teatro en el Teatro López de Ayala de Badajoz.

Santiago García Villegas

Claudia Goyeneche

Claudia Goyeneche

Eran las 11.50 horas de la mañana de hoy y ya había gente esperando en la plaza de San Francisco para entrar al Teatro López de Ayala. ¡Por la otra puerta, por la del lateral!, le decía Juan a su mujer mientras se resguardaban bajo el techado de la entrada principal por la lluvia. Es la primera vez que vienen a una visita guiada en este edificio y la acogían con mucha ilusión: "Estas cosas tienen que hacerlas más. Es bonito conocer nuestros edificios por dentro y en profundidad".

El Teatro López de Ayala ha celebrado hoy el Día Internacional del Teatro con una experiencia única: una visita guiada teatralizada. Actores de la compañía extremeña 'El Avispero Producciones' han llevado a los visitantes a un recorrido por los entresijos de este edificio cultural, mostrando sus rincones y secretos mejor guardados.

La visita, a la que han acudido decenas de personas, ha comenzado con una presentación de la actividad por parte de la directora del Teatro López de Ayala, Paloma Morcillo. Sorprendida con la gran acogida, agradecía a los presentes su asistencia y recordaba que "como en el teatro, la vida trae sorpresas".

El recorrido

La encargada de guiar a los visitantes ha sido la jefa de prensa del López de Ayala, Ana González. Empezando en la parte trasera del escenario, una actriz con máscara, en un primer momento estatua, despertaba eufóricamente buscando al 'vengador de rojo'. Acompañando en la trayectoria a los visitantes, aseguraba buscar venganza por haber sido perturbada.

La chica de la máscara junto al vengador rojo y un visitante en la visita guiada del Teatro López de Ayala.

La chica de la máscara junto al vengador rojo y un visitante en la visita guiada del Teatro López de Ayala. / Santiago García Villegas

Mientras el recorrido avanzaba, Ana González hacía un repaso histórico del Teatro López de Ayala. "Estamos en un edificio superviviente con muchas anécdotas. Ha conseguido sobrevivir incluso a una bomba". Inaugurado en 1886, desde su nacimiento el teatro ha atravesado todo tipo de situaciones extraordinarias. En la década de 1980, entre otras, el edificio se "caía a cachos porque nadie se dedicaba a su mantenimiento", narraba Ana González.

La visita se ha desarrollado desde la chácena (espacio rectangular detrás del escenario) al foso, la zona más subterránea y tétrica del teatro. En este espacio, lleno de lámparas de papel adornadas de diversas maneras, habita un fantasma. La luz se apaga y el espíritu se hace ver, de la mano de uno de los actores de 'El Avispero', contando la historia de Federico, un intérprete que deambula por el edificio buscando la inspiración.

El fantasma del teatro en la visita guiada del Teatro López de Ayala.

El fantasma del teatro en la visita guiada del Teatro López de Ayala. / Santiago García Villegas

Jimena y Adriana han sido de las más peques de la visita. Con 8 y 10 años, acompañadas de sus tíos y su abuela, las niñas disfrutaban el Día Mundial del Teatro. Ellas se consideran aficionadas, Jimena acude a interpretación "desde pequeña". Adriana, por su parte, ha acudido a muchas funciones teatrales y ha resaltado la importancia que tienen: "Enseñan a todos el valor de las cosas y aprendes mucho".

La siguiente parada ha sido una de las salas principales del edificio y el patio de butacas acogía el final del recorrido. "Si miramos hacia arriba, podemos ver lo que antes se conocía como el gallinero", detallaba Ana González. En este espacio se apiñaban hombres y mujeres que pagaban un precio más económico por asistir a las obras teatrales. "Pisoteaban el suelo y escupían a la gente que se sentaba en los palcos". Las personas con mayor poder adquisitivo llevaban asiduamente braseros al edificio. Con ellos se protegían del frío o asaban castañas. "Hubo una época en la que llamaban al López de Ayala 'la nevera', era un sitio helado".

En este espacio de la visita, la chica de la máscara se reencontraba finalmente con el 'vengador rojo'. De esta manera llegaba el colofón del recorrido: el escenario levantaba su telón para dar paso a una actuación de contorsionismo acompañada de una versión lírica de 'Creep' de Radiohead.

Actuacion de contorsionismo acompañada de una cover lírica de 'Creep' de Radiohead en el Teatro López de Ayala.

Actuacion de contorsionismo acompañada de una cover lírica de 'Creep' de Radiohead en el Teatro López de Ayala. / Santiago García Villegas

Para finalizar, Paloma Morcillo, junto al personal del Teatro López de Ayala, leía un manifiesto del dramaturgo noruego Jon Fosse. En la lectura, ha agradecido a los más de 150.000 espectadores que acuden a disfrutar de las funciones teatrales anualmente: "No seríamos nada sin ustedes, sois los que hacéis grande este espacio".

En su mensaje, Morcillo resaltaba la importancia del arte como herramienta que une lo único y lo universal. Que trasciende fronteras y que nos muestra las diferencias, "pero lejos de separar, une". La directora del consorcio López de Ayala finalizaba así el recorrido por el edificio cultural más emblemático de Badajoz. "El Teatro es vida, así que vivan con nosotros la pasión por el teatro".

La historia del López de Ayala

Inaugurado en 1886, no fue hasta enero de 1897 cuando el Teatro López de Ayala estrenó su primera exhibición cinematográfica. La gente acudía a ver cine y a disfrutar de las actuaciones de la época. El telón lo adornaban detalles de la 'Belle Époque', manifestando así el gusto singular del momento. Pero esto no duró para siempre y en agosto de 1936 una bomba destruyó los palcos y la sala de butacas, hundiendo a su vez el escenario. La fachada quedó intacta.

Durante la etapa franquista el teatro comenzó su reconstrucción, pero nadie lo mantenía. El edificio se caía en pedazos y las empresas privadas de la zona comenzaron a plantear la idea de construir un bloque de pisos. Políticos del momento vieron esta opción como una "aberración cultural" y manos a la obra en 1993 el Teatro López de Ayala volvió a inaugurarse, esta vez sin fecha de cierre y hasta nuestros días.