Los agricultores se manifiestan en Badajoz: "Quintana, paga tú la multa"

Algún que otro momento de tensión con ruido de vallas e insultos a los antidisturbios en la delegación del Gobierno y gritos de "Quintana dimisión" y "Quintana, paga tú la multa". Así han llegado este jueves al centro de Badajoz alrededor de 500 agricultores y ganaderos de la región, que se han unido en la Plataforma para la Defensa del Campo y que, una vez más, han organizado esta protesta colectiva a través de la red de Whatsapp. La manifestación ha partido del cementerio viejo para llegar a media mañana a la avenida de Huelva, donde una treintena de agentes de la Policía Nacional han impedido que se acercaran a las puertas del edificio de la delegación del Gobierno.

En esta ocasión han ido andando, sin tractores, y esta vez sí tenían el permiso oficial para ocupar las vías. En otras acciones de protesta cortaron carreteras secundarias y autovías sin la autorización pertinente, lo que ha acarreado sanciones económicas que oscilan entre los 1.000 y los 1.500 euros. Las primeras multan ya han llegado. De ahí algunas de las proclamas lanzadas contra el delegado del Gobierno, José Luis Quintana.

Entre los manifestantes, Ramón Pérez, ganadero de la zona de Almendral, resumía el sentir de este colectivo: "Volvemos a la calle porque no nos sentimos escuchados. Y estamos luchando por lo que comemos todos. Desde la por la mañana hasta por la noche necesitamos un agricultor en la mesa. Los políticos deberían sentarse con nosotros de verdad, porque al final es la ciudadanía la que va a pagar el pato". De hecho, están a la espera de que Quintana los reciba.

Pérez también explica que esta vez han vuelto sin tractores "porque el permiso se ha pedido ocho días antes, y debe ser al menos con 10 días de antelación para poder meter esos vehículos en la manifestación".

Una vez más, los trabajadores del sector agrario claman para que se tengan en cuenta sus reivindicaciones: la ausencia de unos precios justos por sus productos para lograr una mínima rentabilidad, la repercusión de la subida de los costes de producción, la excesiva burocracia y las rígidas condiciones de las normas agrarias que llegan de la UE.