lamenta el retraso en su recuperación, pese a su "penoso" estado

Amigos de Badajoz: "Las ermitas de la alcazaba no pueden ser naves"

La asociación insiste en que el proyecto de rehabilitación previsto debe modificarse para ajustarse "a la realidad histórica" y urge que se intervenga para consolidar estas construcciones mientras se diseña una nueva intervención

Restos de las ermitas, en la ladera de la Alcazaba de Badajoz.

Restos de las ermitas, en la ladera de la Alcazaba de Badajoz. / S. GARCÍA

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

Pese a que la Consejería de Cultura no ha tomado aún una decisión sobre la petición del ayuntamiento pacense para que se modifique el proyecto de restauración de las ermitas de Nuestra Señora de la Consolación y del Rosario, ubicadas en la alcazaba, la Asociación Amigos de Badajoz confía en que finalmente la intervención se replantee y se «ajuste a la realidad histórica», pues, a su juicio, la prevista «es absolutamente inadecuada e indigna para la ciudad».

 «Las ermitas no pueden convertirse en naves», advierte el presidente del colectivo, Manuel Cienfuegos, quien considera que el proyecto de rehabilitación aprobado en la pasada legislatura es una «aberración», que no solo alteraría la estructuras y volúmenes originales de ambas construcciones, sino que «descontextualizaría la propia historia de la alcazaba». «Sería echarlo todo abajo para poner un techo», critica.

Fue la asociación, tras conocer los detalles del proyecto de recuperación a través de terceros, la que dio a conocer lo que se pretendía hacer para convertir las ermitas en un centro de interpretación y recepción de visitantes. Cienfuegos recuerda que, antes de mostrar públicamente su rotundo rechazo a la intervención, Amigos de Badajoz remitió al equipo de arquitectos que la diseñó un estudio histórico detallado de las ermitas, pero no obtuvo respuesta por su parte. 

El ayuntamiento también mostró entonces su disconformidad con la actuación planteada y a finales del pasado mes de septiembre, ya con el PP al frente del Gobierno regional, el alcalde, Ignacio Gragera, pidió que la intervención se replantease, haciendo suyos los argumentos esgrimidos por Amigos de Badajoz. 

Según la Consejería de Cultura, se sigue estudiando, junto con el ayuntamiento, qué hacer con el proyecto, que recibió el visto bueno de la Comisión de Patrimonio, por lo que la recuperación de las ermitas continúa sin fecha.

Mientras esa rehabilitación llega, Amigos de Badajoz reclama que, al menos, se intervenga para consolidar estas construcciones, muy deterioradas tras años de abandono, una situación que, según Cienfuegos, se ha agravado por los festivales y fiestas multitudinarios que acoge la alcazaba.  

Vibraciones

«Las ermitas están la ladera y las vibraciones de miles de personas afectan a su estructura y hacen que se caigan los elementos más débiles», esgrime el presidente de la asociación, que ha pedido en varias ocasiones que no se llevan a cabo este tipo de actividades en este recinto. 

Tampoco contribuyen a su conservación los árboles que crecen en el interior de estas construcciones, que han enraizado y están dañando lo que queda en pie. «No se ha hecho nada por salvaguardarlas», denuncia Amigos de Badajoz. Hasta la fecha, solo se ha tapiado una parte y se ha colocado una pequeña valla alrededor.

Para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de que se actúe cuanto antes para evitar que se venga abajo lo que queda en pie, la asociación ha organizado visitas guiadas a las ermitas, en las que los pacenses han podido comprobar «el penoso» estado en el que se encuentran. Además, a propuesta suya, la Asociación Hispania Nostra las incluyó hace dos años en su ‘lista roja’ de patrimonio en riesgo de destrucción o desaparición.

Segundo intento

El colectivo lamenta que los proyectos de recuperación del patrimonio en la ciudad «se eternicen». En este sentido, Cienfuegos recuerda que esta no es la primera intervención que se propone para recuperar las ermitas de Nuestra Señora del Rosario y de la Consolación, pues ya hace años, en el plan director para la rehabilitación integral de la alcazaba, se planteó su restauración con uso hostelero, una propuesta que tampoco salió adelante.