FUE INCLUIDA EN EL LISTADO DE HISPANIA NOSTRA EN DICIEMBRE DE 2021 A PETICIÓN DE AMIGOS DE BADAJOZ

Las ermitas de la Alcazaba de Badajoz: 2 años en la lista del patrimonio en riesgo

Gragera pidió a la Junta que replantease el proyecto de rehabilitación hace varios meses, pero aún no se ha tomado una decisión

El deterioro de ambas construcciones avanza, mientras su recuperación como centro de interpretación sigue sin fecha

Ermitas de Nuestra Señora de la Consolación y del Rosario, en la Alcazaba de Badajoz.

Ermitas de Nuestra Señora de la Consolación y del Rosario, en la Alcazaba de Badajoz. / S. GARCÍA

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

Las ermitas de Nuestra Señora del Rosario y de la Consolación, ambas en la Alcazaba de Badajoz, cumplen dos años en la ‘lista roja’ del patrimonio en riesgo de destrucción o desaparición, mientras su rehabilitación y puesta en valor como centro de interpretación y de recepción de visitantes sigue sin fecha.

La Asociación Hispania Nostra las incluyó en su listado en diciembre de 2021 a petición de la Asociación Amigos de Badajoz, que lleva años alertando de su deterioro y urgiendo su recuperación. Aunque a la Junta y al ayuntamiento les costó meses alcanzar un acuerdo para su restauración, la primera se comprometió a redactar el proyecto. Con algo de retraso sobre la fecha prevista, lo licitó y adjudicó, pero la propuesta de intervención no convence ni al consistorio ni a Amigos de Badajoz, que consideran que no respeta la estructura y volúmenes originales ni tampoco su realidad histórica de estas construcciones religiosas.

El proyecto básico no se llegó a entregar al ayuntamiento -sí se presentó en unas jornadas sobre restauración del patrimonio histórico celebradas en Mérida- y, tras la llegada del PP al Gobierno regional, el alcalde, Ignacio Gragera, pidió a la nueva consejera de Cultura, Victoria Bazaga, que se replantease la intervención prevista en las ermitas.

 Fue en una reunión que mantuvieron ambos tras el verano, pero, según fuentes de esta consejería, de momento, no se ha tomado ninguna decisión al respecto, aunque se está «estudiando», para lo que «se están manteniendo conversaciones con el Ayuntamiento de Badajoz», se limitaron a responder.

El consistorio pacense y Amigos de Badajoz coinciden en que si el proyecto aprobado se llevase a cabo, la restauración adulteraría significativamente estas construcciones y supondría, además, un «impacto enorme» en la propia alcazaba. El coste de las obras de recuperación de las ermitas se presupuestó en unos 770.000 euros. El compromiso del anterior Gobierno regional era sufragar la redacción del proyecto, pero no los trabajos, aunque desde el ayuntamiento siempre se ha defendido que es a la Junta a la que corresponde aportar los fondos, para ponerse así «al día» en las inversiones en uno de los principales monumentos de la ciudad, para cumplir así el convenio firmado en 2006 por ambas administraciones y el Gobierno central para su rehabilitación integral. 

Mientras los pasos que se dan para recuperar las ermitas son lentos, su deterioro avanza. La ermita de Nuestra Señora de la Consolación, que bien podría haber sido una iglesia por su tamaño (unos 800 metros cuadrados) es del siglo XVI. Según los expertos, posiblemente fue edificada aprovechando lo que fue el hospital de Santa María de los Caballeros del Castillo y a partir de 1605 se convirtió en la sede la Cofradía de la Consolación, también conocida como la de los Barberos. Aún se mantiene en pie la puerta enmarcada de acceso al recinto, de clara influencia mudéjar, y se conservan parte de los muros de la nave principal y lo que fue un torreón anterior reforzado con sillares, aunque se encuentra en muy mal estado y ha perdido muchos elementos. En la zona del altar mayor aún se pueden ver restos de pinturas y nichos de enterramientos.

De la ermita del Rosario, anterior a la de Nuestra Señora de la Consolación, solo se conserva una parte de la nave y el ábside semicircular. Según la documentación conocida, albergó la sede de la Cofradía del Rosario o de los Morenos del Castillo en 1560, aunque hay expertos que apuntan que lo fue incluso antes, de 1526 a 1548. 

Las dos ermitas contaron con casas para los ermitaños y hospedería, fueron devastadas durante la Guerra de la Independencia y en 1821 se utilizaron como cementerio, hasta la militarización de la alcazaba en 1846, cuando comenzaron a usarse como polvorín. Su último uso hasta su abandono total en 1965 fue como vivienda. H