Las máquinas no pueden entrar mientras viva gente dentro

Sin fecha para la desaparición del José Pache: se frena el derribo al no hallar solución a los okupas

El ayuntamiento asegura que está trabajando en una solución habitacional «apropiada»

Interior del estadio José Pache.

Interior del estadio José Pache. / S. GARCIA

Irene Rangel

Irene Rangel

El derribo del José Pache no será tan inmediato como parecía. «No va lo rápido que quisiésemos», reconoció ayer Gema Cortés, portavoz del equipo de gobierno. 

Si bien la Junta de Extremadura -a través de la Consejería de Infraestructuras, Transporte y Vivienda- se comprometió a que esta semana resolvería los problemas de las personas que a día de hoy continúan viviendo en las instalaciones para, a continuación, derribar lo que queda del estadio, los trámites parecen ir más lentos de lo inicialmente planteado. 

Como ya informó este diario, esta decisión está basada en las conclusiones del informe elaborado por el Servicio Municipal de Bomberos de Badajoz, que indicaban que el desalojo debía hacerse por motivos de seguridad de los habitantes del estadio. «Ha tenido que suceder una desgracia para que podamos ir avanzando», expresó Cortés.

Buscando alternativas para acortar los plazos

En el ayuntamiento «no hemos parado de trabajar desde que ocurrieron los últimos acontecimientos», dijo Cortés. Consultados por este periódico, la Junta de Extremadura no se ha pronunciado sobre qué plazos ni actuaciones están manejando en este momento, por lo que vuelve a no haber fecha prevista para la desaparición de lo que queda del estadio José Pache. A pesar del retraso sobre lo planificado, «tenemos que estar contentos y satisfechos porque parece que echa a andar lo que llevamos tanto tiempo exigiendo a la Junta de Extremadura». 

Los informes técnicos municipales, asegura Cortés, están terminados «y la Junta de Extremadura está en predisposición de darles una respuesta». El problema con el que se encuentran y que hace que las máquinas no pueden derribar el estadio es que legalmente no puden entrar mientras haya personas viviendo dentro. A día de hoy siguen siendo ocho las personas que utilizan las instalaciones como vivienda. «No podemos seguir avanzando hasta que el problema de okupación quede resuelto», explicó la concejala. 

De no haber orden judicial, como es el caso, el desalojo del estadio debe que producirse por expreso deseo de los okupas. Para que estos salgan por voluntad propia, el ayuntamiento se encuentra buscado y desarrollando una alternativa habitacional «apropiada, que esa no lo es», así como los recursos que necesiten. También se está trabajando en estudiar cómo ofertarles «la parte pedagógica» que necesitan estas personas para incorporarse a la sociedad.

«Tanto la Junta como el Instituto Municial de Servicios Sociales están dando todos los pasos necesarios para que estar personas puedan tener los recursos necesarios y disponibles en ambas administraciones» para abandonar el lugar, quiso dejar claro Cortés, «y así poder proceder al derribo del José Pache».