Vandalismo

Las bibliotecas callejeras de Badajoz amanecen vacías menos de 24 horas después de ser repuestas

Fundación CB colocó ayer más de 200 nuevos títulos

La misma biblioteca con 24 horas de diferencia.

La misma biblioteca con 24 horas de diferencia. / Fundación CB / Andrés Rodríguez

Irene Rangel

Irene Rangel

Érase una vez una biblioteca callejera llena de títulos que no aguantó ni 24 horas. Así podría empezar la historia de este proyecto. Los puntos literarios ubicados en distintos lugares de Badajoz han amanecido desmantelados menos de un día después de que Fundación CB las llenara de títulos. «Esto es una vergüenza, no hay ningún tipo de civismo en esta ciudad», decía esta mañana Estefanía, una pacense que se acercaba a la de San Francisco después de haber leído en redes sociales que volvían a estar llenas. «Ya no te digo a coger un libro, es que no me ha dado tiempo ni a verla llena».

Más de 200 títulos fueron colocados ayer en los distintos puntos literarios. San Roque, San Francisco, la Alcazaba, el parque del Guadiana... todas ellas vieron rellenas sus estanterías. «El objetivo es retomar la idea original de ofrecer a la ciudadanía la posibilidad de tomar prestados libros para leer al aire libre o incluso llevárselos y devolverlos. La última vez los colocamos en primavera y al día siguiente ya habían robado todos los libros y destrozado algunas casetas. No obstante, no nos rendimos», decían ayer desde Fundación CB. Desde esta organización se mostraban optimistas, «creemos que esta idea acabará siendo aceptada y tendrá el éxito que pretendemos. A ver si esta vez hay más suerte», afirmaban.

No la hubo. Las redes sociales mostraban anoche las primeras casetas vacías. Esta mañana, lo estaban todas.

La biblioteca callejera de San Francisco, arrasada, esta mañana.

La biblioteca callejera de San Francisco, arrasada, esta mañana. / Andrés Rodríguez

SOS Casco Antiguo, asociación impulsora del proyecto desde su nacimiento, tiene sospechas sobre dónde pueden acabar los libros robados. «No lo tenemos confirmado pero sí pedimos que si a alguien se los ofrecen, no los acepten. Al menos esto reducirá la depredación», afirman. Los miembros de este colectivo explican que, desde que pusieron en marcha esta iniciativa, pensaron en el ayuntamiento como motor de sustento de la misma. «La idea era que la concejalía de Cultura alimentara las bibliotecas después de unos meses de ejemplo nuestro», dicen, lanzándoles el guante.

El concejal del área, José Antonio Casablanca, ha confirmado hoy a este diario que tiene intención de reunirse con SOS Casco Antiguo para valorar la situación así como si es viable esta colaboración. Será la última esperanza para las bibliotecas callejeras.