Badajoz baila con Los Palomos la 'nochentera'

Faltaba un cuarto de hora para que el reloj marcara las nueve de la noche de este sábado y la cola para acceder a la alcazaba llegaba hasta casi el final del convento de Las Adoratrices. «Nos perdemos a Vicco», gritaban un grupo de jóvenes al toparse con semejante fila de personas. Antes de que empezara a cantar se ha tenido que cortar el acceso al recinto, al alcanzar el aforo máximo, 8.000 personas. Poco después, se ha vuelto a permitir el paso.

La cantante catalana era uno de los platos fuertes, junto a Agoney, del cartel de conciertos de Los Palomos. No defraudó y el público se entregó a su ‘Nochentera’, la canción homenaje a los 80 que arrasa en todas las fiestas. También generó mucha expectación, sobre todo entre el público más joven, la actuación de Agoney, que se encargó de echar más leña al fuego con su tema ‘Quiero arder’. 

La música ha empezado a sonar en el escenario de la alcazaba y en el de puerta de Palmas a las cinco de la tarde, aunque la afluencia no ha comenzado a ser masiva hasta más de dos horas después. En la primera se ha llegado al tope y en Entrepuentes poco antes de las 21.00 horas sobrepasaban los 10.000, según fuentes policiales. La previsión era que esta cifra se duplicase en poco tiempo. Desde Fundación Triángulo, organizadora de Los Palomos, no tenían dudas de que se iba a superar la asistencia de la pasado edición, cuando la fiesta congregó a más de 25.000 personas. Cruz Roja ha realizado hasta ahora15 asistencias, ninguna de carácter grave.

Hay fieles como Carlos y sus amigos que no se pierden nunca Los Palomos. Son de Badajoz, Murcia, Granada, Salamanca y este año se ha unido al grupo un mexicano. Lucen unas camisetas hechas para la ocasión: por delante, con el logo ‘Cucurrucucu Paloma’, la canción de Pedro Infante, y, por detrás, frases dichas por Lola Flores, en homenaje a la artista en el centenario de su nacimiento. Quieren ser reivindicativos, pero divertidos a la vez.

Lo mismo que Manuel y David, que cada año, desde hace cuatro, estrenan un sombrero diseñado por ellos. El de 2023, de color verde, está coronado por unos palomos con muletas, porque le falta una pata a cada uno, y una foto del exalcalde, Miguel Celdrán. «A él, para bien o para mal, le debemos esta fiesta, con la que todos ganamos y nadie pierde: los empresarios llenan sus negocios, la gente ve conciertos gratis y el colectivo LGTBI reivindica sus derechos», defiende Miguel. 

Ángel, Ramón Maribel debutaban en Los Palomos. Son de Madrid y llevaban varios años quedándose con las ganas de disfrutarlos. «En cuanto supimos la fecha reservamos el fin de semana. Nos está gustando mucho, el ambiente, la comida, la gente...Al año que viene, si podemos volver, vendremos más preparados, porque solo tenemos los complementos de publicidad que nos han dado a la entrada», dicen entre risas mientras se colocaban unos pañuelos al cuello y abrían sus abanicos.

Los del arcoiris han vuelto a ser los colores predominantes en un día en el que se volvió a mostrar a la Badajoz más diversa y abierta. Y es que la fiesta de Los Palomos es mucho más que una fiesta, como no dejan de recordar desde Fundación Triángulo. Por eso, cada edición, se lee un manifiesto para recordar que hay mucho conseguido, pero queda mucho por hacer. Esta edición los encargados han sido José María Núñez, Paqui Chaves, Alba García, Abel Pérez, Carmen, Alba Tena, y Rafael González.

Protección y legitimidad

Tras dedicar las primeras palabras a Miguel Ángel Sánchez, activista y fundador de Triángulo, fallecido hace tan solo unos días en Madrid, la organización ha mostrado su preocupación por «la creciente ola conservadora y reaccionaria» y el resurgir, en España y Europa, de ideologías que buscan «limitar nuestros derechos y socavar los principios de igualdad y diversidad. «No vamos a escondernos nunca más», han asegurrado en el manifiesto, para recordar que hay que seguir luchando «porque nuestros derechos no son permanentes, nos los pueden quitar».

Desde Fundación Triángulo han vuelto a insistir en la importancia de la educación y han instado al próximo gobierno de la Junta de Extremadura a que «proteja, implemente y desarrolle» la Ley LGTBI, aprobada por todos los grupos políticos en 2015. «Frente a los discursos de odio, el peso y la legitimidad de la ley. No somos ni podemos ser moneda de cambio», han advertido, en clara referencia a la posible entrada de Vox en el Gobierno regional, aunque sin citar al partido de Abascal. «Nunca más nos devolverán a los armarios», han gritado.