Salida procesional

María Auxiliadora volvió a recorrer las calles de su barrio en Badajoz

Calles engalanadas y varias petaladas honraron a la patrona de la familia salesiana en el día de su festividad

María Auxiliadora arropada por el fervor de sus devotos.

María Auxiliadora arropada por el fervor de sus devotos. / Juan Antonio Prior

María Auxiliadora, patrona de la familia salesiana, volvió a recorrer las calles de su barrio en Badajoz en el día de su solemnidad. En torno a las 20.30 horas y tras la eucaristía oficiada por el arzobispo de Mérida- Badajoz, Celso Morga, en el pabellón del colegio, la imagen salía a la calle a sones de 'Encarnación coronada', interpretada por la banda de Música de Talavera la Real, mientras los devotos entonaban las notas del Ave María.

Un cortejo compuesto por niños, mujeres de mantilla y representantes de las hermandades de la ciudad, precedían el paso de la Virgen, exornado para la ocasión con rosas y alstroemerias, entre otros tipos de flores, que tras una chicotá se adentró en la calle Vicente Delgado Algaba donde, emocionados, la esperaban los vecinos. Asimismo, los costaleros de la Asociación de Capataces y Costaleros San José, junto a los jóvenes salesianos fueron los encargados de portar el paso por las calles de una feligresía que desbordaba alegría en este día de fiesta.

Decoración en las calles

A lo largo de la vía, decorada para la procesión, se sucedían los distintos altares que se habían instalado y en los que la Virgen se detenía, uno de ellos pertenecía a la Cofradía de Santo Domingo, que trasladó allí a uno de sus titulares, el Dulce Nombre de Jesús.

Carlos Arribas, jefe de estudios del colegio salesiano Ramón Izquierdo, reconoció que «la devoción a María Auxiliadora en el barrio es de toda la vida, cada año se vuelcan con ella y se suceden las muestras de cariño hacia la Virgen».

La imagen se iba adentrando en calles como Rota y Cartagena, en las que los devotos tenían preparadas varias petaladas que lanzaban desde los balcones al paso del cortejo, que avanzaba sin problemas por un barrio expectante y lleno de público que un año más veía como su patrona recorría las calles principales.

En definitiva, María Auxiliadora despertó el fervor popular pacense, ya que los asistentes a la procesión no dejaban de lanzar 'vivas' cuando la imagen pasaba delante de ellos. «Viva María Auxiliadora, viva la Reina Salesiana», decía una señora que tenía un altar instalado en la calle Jacobo Rodríguez Pereira.

Finalmente, a las 23.30 horas, la procesión hacía entrada en su templo poniendo fin a uno de los días más festivos de la feligresía.