Entrevista | Javier Alcántara El guitarrista y compositor pacense actuará en julio en el prestigioso festival canadiense Sunfest de London y en el mítico club Terraza 7 de la ciudad de los rascacielos. «En una profesión tan dura como esta, es un orgullo que guste tanto mi música fuera y nos abra puertas», asegura

"Llevar el jazz extremeño a Canadá y Nueva York es un sueño"

Javier Alcántara, en el centro con la guitarra, con su grupo en un concierto.

Javier Alcántara, en el centro con la guitarra, con su grupo en un concierto. / CEDIDA POR JAVIER PULPO

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

Dice el reconocido saxofonista Perico Sambeat que la música del guitarrista y compositor pacense Javier Alcántara (Badajoz, 1977) es «bella y sincera». Quizás sea uno de los motivos que va a convertirlo en el primer músico de jazz extremeño que presente. el próximo mes de julio, sus composiciones originales en Canadá y Nueva York. Cruzará el charco con sus cinco discos - tres como solista (’Short Stories’, Resilence e ‘Ikigai’)- y los sonidos de un sexto, que en breve sacará al mercado. Su salto al prestigioso festival Sunfest de London (Canadá) y al mítico club de jazz Terraza 7 de la ciudad de los rascacielos llega tras años de formación, conciertos y presencia en los más importantes festivales de España y Portugal, lo que lo ha situado en un lugar destacado de la nueva generación del jazz patrio.  

¿Cómo surge el proyecto de actuar en Canadá y Nueva York?

Todo surgió hace un año, cuando actué con mi grupo para programadores de todo el mundo en la Sala Trajano de Mérida, en el Mum, las cuartas Jornadas Profesionales de la Música de Extremadura. Al acabar -tocamos de manera brutal- se acercó cantando uno de mis temas el programador del prestigioso festival internacional Sunfest y me dijo: «el año que viene te quiero en mi festival, tu música es maravillosa y la banda suena increíble, ¿de dónde habéis salido?, ¿cómo no sois ya muy famosos?” Me sentí muy halagado y le di las gracias, aunque aún no me lo creía mucho. Pero me escribió a la semana y poco a poco todo se fue concretando y haciéndose realidad, con el apoyo de Cemart y de la Consejería de Cultura de la Junta, a los que le estamos profundamente agradecidos. A raíz de esta gira en Canadá, donde actuaremos del 6 al 10 de julio, surgió otro sueño: tocar en la cuna del jazz mundial, Nueva York, donde sorprendentemente fuimos invitados gracias al pianista y compositor ganador de un Gramy Latino y amigo Emilio Solla

Tocarán en un local con mucha historia... 

-Sí, en Terraza 7, un mítico club de jazz contemporáneo y jazz latino por el que han pasado, entre otros, Chano Domínguez y Antonio Lizana. Es conocido en Nueva York como mucho más que un club, porque también es un puente intercultural, que promueve un diálogo entre culturas, donde brindan la oportunidad experimentar la diversidad cultural y ejercitar así la creatividad. Todo un referente en el que estaremos a partir del 10 de julio tocando y haciendo promoción. Estamos pendientes incluso de concretar algún concierto más, todo un honor y un sueño para nosotros.

Un sueño que cumplirá por primera vez un músico de jazz extremeño. 

Sí, será la primera vez que un músico de jazz extremeño presente su música original en Canadá y Nueva York, y eso me hace muy feliz, poder llevar el jazz extremeño por todo el mundo. Y me hace muy feliz también que sea acompañado de grandes músicos de Extremadura. Somos ricos en cultura y músicas creativas y hay llevarlas más allá de nuestras fronteras.

¿Quiénes le acompañan en esta aventura y que van a mostrar en Canadá y Nueva York?

Haremos un repaso de la música de mis discos ‘Short Stories’, ‘Resilience’ e ‘Ikigai’ y también tocaremos algo del nuevo trabajo que estoy preparando. La idea es mostrar una retrospectiva de mi carrera y lo que está por venir, que es muy diferente a todo lo anterior, un cambio de rumbo en mi manera de componer. Estoy muy contento con los músicos que me acompañarán, algunos de los mejores músicos de jazz extremeños de las dos últimas décadas: Pablo Romero (piano y teclados), Narci González (saxo tenor), Pedro Calero (piano y teclados) , y Pepín Muñoz (batería), a los que se suma desde Sevilla Javier Delgado (contrabajo), un habitual en la banda. Todos son grandes músicos que merecen un reconocimiento a sus carreras. Este viaje también será para ellos un premio a su entrega a la música extremeña. Mi música con ellos suena brutal, estoy muy feliz con el resultado. 

¿Qué supone para su carrera y para el jazz de Extremadura?

En una profesión tan dura como la de músico, guitarrista y compositor, para mí es un subidón y un orgullo que guste tanto mi música fuera, y que sea la que nos mueve y abre puertas para llegar tan lejos. El programador canadiense se emocionó con mi música y es un orgullo, por que eso lo que busco cuando estoy componiendo y toco mi guitarra: hago música para emocionar y sanar. Espero que a raíz de esta gira toquemos mucho más y podamos llevar nuestra música a muchos más lugares, dándole el valor que se merece. También creo que esta proyección internacional puede ayudar a la imagen del jazz extremeño, poniendo más el foco en los grandes músicos, compositores e instrumentistas de jazz que tenemos y dándoles el lugar que se merecen, abriendo y creando más programaciones para mostrar lo que hacemos, tanto fuera como dentro de Extremadura. Esta música es muy dura y requiere mucha formación y preparación, no todo es jazz, por eso mismo hay que poner en mucho en valor todo lo que ha crecido este estilo en la región, tanto en compositores como en interpretes, que se han formado durante muchos años para seguir editando discos y mostrando su música, a pesar de las adversidades. 

¿No se siente valorado en ‘casa’? 

Siempre he tenido y vivido esa sensación de sentir más valorada mi música fuera de mi tierra. Aquí es todo muy complicado si eres compositor y haces música original, y aún más si es jazz, y aún más si no tienes ‘padrino’. Después de cinco discos me queda un sentimiento agridulce en mi carrera: no haber tenido más apoyo y reconocimiento en mi ciudad y en mi comunidad. Mis premios y reconocimientos siempre han venido de fuera, tanto en el terreno del jazz como en la musicoterapia. Aunque mi verdadero premio siempre ha sido y será que mi música llegue al mayor número de personas posible, que la gente que la escucha se emocione y que mis pacientes sanen.

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