30 años con los universitarios en Badajoz

Han pasado 30 años desde la apertura de la Residencia Universitaria Hernán Cortés y lo han celebrado por todo lo alto con un acto institucional, al que asistieron cientos de alumnos tanto actuales como de años pasados, así como el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo. «Fue muy emotivo, porque vinieron generaciones del año 92, de los primeros residentes que estuvieron», señala Joaquín Pineda, director de la residencia. En esa época los recursos económicos no eran los mismos, había muchas familias con poco dinero, «esta apuesta sirvió para que muchos jóvenes talentos, que quizás no sabían si iban a poder estudiar, pudieran venir a Badajoz y fraguarse un futuro como el que se han fraguado la inmensa mayoría de los residentes que han pasado por nuestro centro», indica Pineda.

Durante el día hubo dos horas de puertas abiertas para que los antiguos residentes pudiesen visitar lo que un día fue su hogar, y a donde tanto tiempo llevaban sin volver. «Estuve allí seis años, de 2001 hasta 2007, no había vuelto a entrar en la residencia desde entonces y la verdad que se te pone la piel de gallina, revives tus mejores años de carrera, muchos amigos, muchas fiestas, muchas cosas buenas vividas allí», dice emocionada Rocío Martínez, actual médico y antigua residente. Así, también Juan Ramón Martín, antiguo residente y actual trabajador de Canal Extremadura señala que «es cierto que todo está muy cambiado, la verdad que te da un poco de envidia sana de los chavales actuales que están allí, que pueden disfrutar de otras condiciones».

Pero hay algo que sigue igual, y en lo que todos los que han pasado por la residencia coinciden, el concepto de familia. Paula Parejo lleva dos años en la Hernán Cortés, «lo más especial de la residencia es la gente con la que estás, una tarde que estés mal o aburrida y no sepas qué hacer, siempre va a haber alguien con quien puedas estar, es tu familia, convives 24 horas con esas personas».

Concuerda con su compañero Iván Bonilla, que acaba de llegar este año al centro, «lo que más me gusta es la convivencia, la verdad es que nos llevamos bien entre nosotros y desde el equipo de la residencia se fomenta bastante la participación, que nos juntemos». Y este sentimiento no viene solo por parte de los residentes, Josefa Guerrero es la recepcionista, y lleva desde los comienzos del complejo trabajando allí, «es una familia, y queremos hacerles lo más llevadero posible el curso que estén aquí», asegura.

Para conmemorar el trigésimo aniversario desde su apertura, el artista Luis Martínez Giraldo ha creado una escultura que recoge la esencia de la residencia. Con el número 30 por los años de servicio prestados, la H de ‘Hernán’, la C de ‘Cortés’ y el símbolo de la diputación. Se sitúa en la entrada del complejo, para recibir a todo el que llegue.

La Hernán Cortés «es la única residencia en toda España que existe de estas características», señala su director. Da servicio de manutención y alojamiento a 148 residentes cada curso de forma totalmente gratuita, la beca está valorada en unos 8.500 euros. Para entrar, todos los años se evalúa a los residentes y a los nuevos candidatos según su expediente académico, la renta familiar y la participación en las actividades que se desarrollan en la residencia, para los que ya están dentro. Además de los servicios que ofrecen, se desarrollan distintos talleres y actividades a lo largo del año, cuentan con un taller de robótica, otro de salud mental, uno de comunicación y emprendimiento, un taller de arte, uno igualdad y otro taller de debate.

En los tres últimos años de la residencia se han llevado a cabo varias reformas en las instalacioines, que han conllevado una inversión de 1,5 millones de euros. Se ha reformado la cocina, mejorado las salas de estudio, han creado dos cabinas de música, han mejorado las instalaciones exteriores, han puesto canastas, han hecho dos pistas de pádel y se ha reformado todo el mobiliario de los dormitorios.

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