El arzobispado cierra la parroquia de Santa Teresa en Badajoz por falta de fieles

El Arzobispado de Mérida-Badajoz ha hecho público el cierre y supresión de la Parroquia de Santa Teresa de Jesús ubicada en el barrio de San Fernando y que se erigió el 16 de julio de 1982. 

Badajoz tiene un total de 22 parroquias distribuidas entre el centro de la ciudad y las barriadas. Es la primera vez que una cierra.

Los principales motivos del cierre los argumenta el propio arzobispado en el decreto de supresión que ha publicado. Entre ellos destaca la escasa extensión de su territorio y el bajo número de fieles al que atiende y que pueden ser acogidos por las parroquias vecinas.

Por eso, tras un proceso de reflexión que se ha llevado a cabo durante los últimos cinco años para una mejor atención pastoral de la diócesis, tanto a nivel diocesano como a nivel parroquial y arciprestal, el equipo sacerdotal del arciprestazgo de San Fernando y los consejos pastorales de las parroquias afectadas vieron de forma favorable dicha supresión. 

En el decreto también se recoge que todo el patrimonio y los bienes eclesiásticos pertenecientes a la parroquia de Santa Teresa de Jesús pasarán a la de de San Fernando y Santa Isabel, que tendrá la responsabilidad de albergar el culto de acuerdo con la programación pastoral de la que asume. 

De la misma forma, todos los fieles se repartirán entre las parroquias de San Juan de Dios y de San Fernando y Santa Isabel, de manera que el arzobispado redistribuirá la feligresía en función de las calles de la barriada. 

Fundación

Santa Teresa Fue fundada por una comunidad de carmelitas descalzos que atendía todas las necesidades de la feligresía desde su erección canónica en 1982, pero en septiembre de 2019 la orden abandonó la que era su casa. A partir de ese momento está al cargo del párroco de San Juan de Dios, Enrique Cruz. 

Cruz alega que el escaso territorio que abarca esta parroquia hace que el número de fieles no crezca. «El nuevo mapa pastoral de la diócesis es el hecho por el que se ha decidido reubicar a la feligresía en las dos iglesias del barrio», comenta. «Los sacramentos se han seguido administrando en mayor o menor medida desde mi parroquia, ahora pasarán a manos de los otros templos, por lo menos los referentes a la iniciación cristiana, como son el bautismo o la confirmación. Alguna boda sí se podría celebrar en Santa Teresa, puesto que no es necesario administrar este sacramento en una parroquia», afirma. 

Los feligreses pasarán a depender de las parroquias de San Juan de Dios y de San Fernando

Entre los nuevos usos que se le va a dar al edificio, el párroco explica que se mantendrá el templo para diversos actos, aunque sin culto divino. Y por otro lado, las dependencias van a seguir regentadas por Cáritas, ya que cabe destacar que cuando los carmelitas descalzos se marcharon del templo, Cáritas Diocesana las utilizó para albergar a 32 personas de procedencia ucraniana, 17 de ellas eran niños que llegaron junto a sus familiares. La estancia en estas dependencias ha propiciado que cada una de las familias tenga una comunidad de referencia, barrio y vecinos entre otras estructuras que configuran la pertenencia a un barrio. 

La parroquia seguirá abierta al culto, utilizando las dependencias parroquiales para diversos usos, como catequesis y administrando los distintos sacramentos hasta el 3 de septiembre, día en el que entrará en vigor el decreto del arzobispado y en el que deberán quedar clausurados todos los libros sacramentales.