Alrededor de 350 alumnos de sexto de Primaria y primero de Secundaria de los seis colegios e institutos de la barriada de San Roque (Enrique Iglesias, Luis Vives, Nuestra Señora de la Soledad, Virgen de Guadalupe, Reino Aftasí y San Roque) se dieron cita ayer en la zona de El Pico del río Guadiana para realizar una convivencia medioambiental. La jornada estuvo organizada por el proyecto educativo Claustro de Barrio, cuyo objetivo principal es ayudar a los estudiantes en el proceso de cambio de ciclo de Primaria a Secundaria y quitarles ese «miedo que tienen a algo desconocido para ellos, tal y como explicó el coordinador José Ángel Araújo. Sirve para que se relacionen y para que, el próximo curso, ya conozcan a sus compañeros y profesores.

Para el primer trimestre se desarrolló esta actividad en la naturaleza, donde los niños llevaron a cabo una batida de limpieza con bolsas y guantes para recoger la suciedad que había por el terreno, disfrutaron de diversos juegos como el balón prisionero, el pañuelo o los bolos, entre otros, y aprendieron con los talleres de educación ambiental de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG).

La monitora de uno de los talleres enseña a los alumnos los rastros de la fauna de la zona. SANTIAGO GARCIA VILLEGAS

Divididos en 16 grupos mixtos con miembros de cada centro, cada media hora cambiaba de actividad. Araújo informó de que la semana pasada intensificaron la labor de concienciación y de respeto al medio ambiente. «Están en unas edades en las que asimilan mejor que la Tierra es nuestra casa en común», añadió.

Uno de los espacios donde los alumnos prestaron más atención y aprendieron cosas relacionadas con el entorno del río Guadiana fue con los talleres. La coordinadora del programa de educación ambiental de Trgsatec para la CHG, Beatriz Freixinet, detalló que hubo cuatro. Uno de ellos trataba sobre los bosques de ribera, para poner en valor la vegetación que acompaña al río, las funciones que tiene y todo lo que le proporciona. Así, les trasladaron que permiten frenar el cambio climático ya que capturan el carbono, protegen de la erosión, filtran contaminantes que llegan al agua y regulan su temperatura ya que dan sombra en verano y en invierno dejan pasar la luz.

Otra de las mesas montadas acercó a los alumnos la biodiversidad del Guadiana a través del rastreo de la fauna, con las señales y huellas que dejan. En este apartado les mostraron qué se pueden encontrar en la naturaleza y cómo identificar cada especie. «La biodiversidad asociada al río es muy rica y valiosa», señaló.

Los niños se divierten jugando a balón prisionero. SANTIAGO GARCIA VILLEGAS

Freixinet se encargó de transmitir a los niños las especies exóticas invasoras y profundizar en qué son, cómo llegan, cuáles son las principales vías de entrada, qué problemas causan, qué pueden hacer los ciudadanos para ayudar a evitar que se expandan y cuáles son las principales que hay en el Guadiana. Las más asociadas al medio acuático, que influyen en la calidad del agua, son el nenúfar mexicano, el camalote, el helecho de agua y la almeja asiática, que se encuentra sobre todo en las cuencas regables. Pero también hizo hincapié en la prevención frente al mejillón cebra, que aún no ha llegado a la cuenca pero está en la del Ebro y el Guadalquivir, y su propagación es «muy fácil». Otro problema de entrada de especies invasoras es a través de las mascotas como pasa con la tortuga de florida.

Por último, los alumnos pudieron observar las aves que habitan en este tramo urbano, que es una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), sobre todo las acuáticas. Así, les dieron a conocer las características que tienen y les ayudaron a diferenciar los principales grupos.