"Estamos volviendo a lo que había en los años 80 y así es imposible vivir aquí». Lo dicen vecinos de la calle Amparo, en pleno corazón del Casco Antiguo de Badajoz, quienes denuncian que traficantes de droga y toxicómanos se han hecho «dueños» del entorno, en el que actúan con total impunidad, mientras el resto se ve obligado a convivir casi a diario con peleas, gritos y suciedad sin que nadie ponga remedio. Según afirman, su caso no es aislado y también lo sufren residentes de las calles como Concepción Arenal, Sepúlveda o Bravo Murillo, entre otras.

«La droga nos está echando de nuestras casas», lamenta una vecina, que recuerda que ya han sido muchos residentes que han decidido marcharse a otras zonas y que entiende que no haya gente que quiera instalarse allí. «Hay venta de droga, fumaderos, casas abandonadas, que están comprando los propios traficantes, y otras a las que entran haciendo butrones o tirando las puertas».

Vecinos de las calles Amparo, Sepúlveda y otras de este entorno reconocen que cada día es «más difícil» vivir en esta zona, en la que echan en falta una acción policial «más contundente y continuada». Alertan de que el trasiego de toxicómanos en busca de sus dosis aumenta día a día y que el consumo de heroína ha vuelto a dispararse. 

«Durante el día está más tranquilo, por la mañana no se ve a un alma, pero después hay mucho escándalo, disputas y no se respeta nada». Se han producido robos y algunos vecinos tienen «miedo», pero no se pueden ir porque en sus casas han invertido sus ahorros y es todo lo que tienen. «Hay personas que tienen hasta depresión», aseguran.

Los afectados denuncian la impunidad con la que actúan los incívicos: hay basura, los vehículos circulan a gran velocidad y aparcan en medio de la calle, se realizan obras en las casas sin ningún permiso, existen colonias de gatos incontroladas y las palomas «nos invaden». Pero frente a quienes no cumplen con las normas es complicado alzar la voz por temor a posibles represalias, pues ya se han vivido momentos de mucha tensión cuando se les ha llamado la atención. Las denuncias ante la policía y el ayuntamiento tampoco parecen haber funcionado.

Abandono

«Sufrimos un abandono total y absoluto», denuncian los vecinos, que urgen se tomen cartas en el asunto para que puedan vivir en paz y en condiciones dignas. 

El presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, Javier Fuentes, respalda estas quejas. «Ya le hemos dicho muchas veces al ayuntamiento que si no se ponía remedio, la situación iba a ir a más y es lo que está pasando», recordó el representante vecinal, quien reconoció que traficantes y toxicómanos se están «adueñando de esa zona».

«Solo hace falta presencial policial, porque ese tipo de ‘negocios’ huyen de la policía por sistema», señaló Fuentes, quien reclamó al ayuntamiento y a la Delegación del Gobierno más control para acabar con esta «impunidad», porque, según dijo, como ya alertaron en su día, las cámaras de videovigilancia que se han instalado son una herramienta más, pero «no la solución, como se está viendo, pues su efectividad es menor de la que pensábamos». En este sentido, exigió más policía a pie de calle, «pero para hacer cumplir las normas a quienes no las cumplen, no para molestar a los vecinos», que quejó. «Nosotros no señalamos contra quien se debe actuar, no es nuestro cometido, pero hay unas reglas del juego que todos debemos respetar».

Presión social y policial

A su juicio, el deterioro que sufre este entorno, puede dar al traste «con el proyecto de El Campillo, después de arrasar la zona, porque ¿quién se va a querer ir a vivir ahí en esas condiciones», cuestionó el presidente del Casco Antiguo, quien recalcó que esa actuación la lleva a cabo la Inmobiliaria Municipal «con dinero público».

Fuentes recordó que desde hace tiempo se han puesto sobre la mesa propuestas para tratar de poner coto al progresivo abandono e inseguridad del corazón del Casco Antiguo a través de «la presión social y policial». Una de las ideas fue extender el rastro de artesanía y antigüedades a la calle Concepción Arenal para darle vida y otra, la puesta en marcha de una especie de sereno por las noches. «Las dos parecieron muy buenas, pero no se ha hecho nada», lamentó el presidente vecinal, quien insistió en la importancia de diseñar una actuación «interdisciplinar», que aglutine urbanismo, cultura y seguridad, para lograr una verdadera recuperación del centro histórico.