Este martes, alrededor de las 19:00 horas, a plena luz, una zona urbana y de paso como es la pequeña gasolinera Repsol de la estación de autobuses, ubicada en la calle Vicente Delgado Algaba, pasan dos personas agarradas de la mano y aparentemente bien vestidas con sombreros y unos minutos más tarde atracan con una pistola y un cuchillo de cocina al trabajador. Es el susto que ha sufrido y le ha tocado vivir a Fede, que se encontraba tan tranquilo en el interior de la caseta cuando de repente se le acercaron a la puerta esta pareja, un hombre y una mujer de mediana edad.
Él se pensaba que le iban a preguntar alguna cosa pero, sin mediar palabra, el varón sacó el arma, una pistola chica y negra, le apuntó y se metió dentro diciéndole y repitiéndole que se trataba de un atraco. La víctima les avisó de que no se iban a poder llevar gran cosa porque la mayoría de los clientes, cerca del 90 por ciento, paga con tarjeta bancaria o de empresa y son muy pocos los que pagan con efectivo. Además se trata de una estación de servicio muy pequeña que apenas tiene para vender algunos materiales para los vehículos como líquidos y no es como otras que disponen de comidas, bebidas u otro tipo de productos.
A pesar de ello, el delincuente le exigió que le diera todo el dinero y, en ese momento, el empleado, según ha detallado esta mañana a este periódico, le cogió por la camisa para intentar sacarlo de la garita. Sin embargo, la mujer, que estaba al lado, sacó el arma blanca y le amenazó colocándoselo cerca del cuerpo. «Ahí me eché para atrás. Me produjo más impresión porque la pistola puede ser de fogueo o de mentira, yo no me la creía», ha comentado.
Fede tuvo que ceder a las pretensiones de los atracadores y ha informado de que el hombre le metió la mano en uno de los bolsillos laterales para robarle lo que tenía sin saber que en el de atrás tenía otros 80 euros que no le quitaron. También se llevó lo de la caja registradora, tan solo unos 270 euros. Posteriormente lo introdujeron en un pequeño baño que está al lado de la caseta. El trabajador se creía que iban a hacer algo más pero cuando recapacitó y pensó que lo hicieron para ganar tiempo para huir salió y ya no estaban allí. Entonces llamó a la Policía Nacional, que se presentó enseguida. Además, fue la científica para coger huellas e inspeccionar las cámaras de seguridad de la gasolinera y del bar restaurante La Parada, que está justo al cruzar la esquina, donde al parecer estuvieron el día anterior.
«Es la primera vez que me pasa algo así. Ocurrió todo en solo unos minutos», ha explicado Fede, que estaba extrañado porque haya sucedido en esa zona de paso dentro de la ciudad. Asimismo se ha mostrado alucinado por la forma que iban vestidos ha manifestado que no eran gente de los que ve habitualmente, por eso no le dio importancia al verlos pasar. El corazón se le puso a mil por hora cuando le atracaron y su impulso y reacción con los nervios fue tratar de sacar al ladrón de la caseta. También ha resaltado que el hombre estaba muy nervioso y era el que hablaba en todo momento, mientras que a la mujer la veía muy tranquila. Lo que no ha podido concretar es la nacionalidad de los autores. Ya por la noche denunció los hechos en la comisaría de Badajoz y esta mañana ha ido a entregar la denuncia a su jefe.
La Policía Nacional ha confirmado esta mañana el atraco a la gasolinera por parte de estas dos personas a punta de pistola y con el arma blanca para hacerse con la recaudación. Al lugar se dirigieron los agentes y comenzaron un dispositivo de localización sin que pudieran dar con el paradero de los autores de la acción delictiva. A partir de ese momento la investigación paso a manos de la policía judicial de Badajoz.
Por otro lado, el responsable de la cafetería ha corroborado que estuvieron tomando café el día de antes y que no llamaban la atención porque eran personas normales y corrientes, como los muchos que pasan pro ahí ahora en verano. Además ha dicho que la policía ha pedido la grabación de las cámaras de vídeo y no ha ofrecido más detalles porque la protección de datos.
