"El acontecimiento más importante de España, desde el punto de vista cultural y evangelizador". Así define la exposición de 'Las edades del hombre' su comisario, Antonio de Luis Galán, que ha presentado este jueves en Badajoz junto al arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, y el delegado de Patrimonio de la archidiócesis, Agustín Velázquez, la contribución de la diócesis pacense a esta trascendental muestra, cuya 26 edición se celebra en la localidad cacereña de Plasencia entre mayo y diciembre de este año y a la que la provincia de Badajoz aporta 24 obras de arte (de las 180 que se exponen), algunas de ellas inéditas, pues jamás habían salido de sus iglesias o monasterios. Esta edición lleva por título ''Transitus' y las piezas que la componen se han elegido además de "por su belleza y calidad", porque "apoyan el relato que queremos transmitir", ha destacado el comisario. Son lienzos, tablas, orfebrería y tallas, fundamentalmente.
La archidiócesis se puso a disposición de la Diócesis de Plasencia para contribuir a esta exposición por la trascendencia de este acontecimiento, que disfrutarán miles de visitantes. Son piezas escogidas para seguir el discurso expositivo. Para Agustín Velázquez, es una oportunidad importante para la denominada 'España vaciada', ya que hay pueblos muy ricos en obras de arte que cuidan celosamente y es posible que tras su presencia en esta colosal muestra la gente se acerque a conocerlas, porque siguen expuestas al culto cumpliendo la función para la que fueron creadas.
Además, la participación en la exposición de Plasencia ha permitido restaurar algunas obras que se encontraban deterioradas y que se han llevado a los talleres de la Fundación Las Edades del Hombre en Valladolid, en concreto, la talla de marfil de San Miguel del Museo de la Catedral de Badajoz, un Cristo Yacente de la Colegiata de la Candelaria de Zafra y un cáliz de la parroquia de la Asunción de la Parra. Entre las piezas más representativas que se pueden ver en Plasencia está una de las tablas del retablo mayor de la iglesia del Salvador de Calzadilla de los Barros, del siglo XVI, de Antón de Madrid. "Una obra de arte magnífica", según Agustín Velázquez, que ha explicado que solo se ha escogida esta tabla, 'La Visitación', porque es la que encaja con el discurso expositivo. De la Catedral de Badajoz está el marfil tallado y policromado del Arcángel San Miguel, de mediados del siglo XVII, una obra anónima procedente de Filipinas, así como 'La Anunciación' de Luis de Morales, muy conocida, que ha participado en muchas otras exposiciones. También se ha prestado la talla de madera policromada de San Juan Bautista de Juan Alonso Villabrille y Ron que preside el retablo mayor, una tabla del 'Bautismo de Cristo' de autor desconocido "de una calidad magnífica", de 1540, una de las más antiguas que se muestran, y la custodia de asiento de Juan del Burgo. Sin salir de Badajoz, las monjas del Convento de Santa Ana han prestado 'Santa Rosa de Lima' de Palomino.
JOYA // Una de las "joyas más impresionantes" cedidas es el retablo compuesto por seis tablas restauradas de Luis de Morales, de la iglesia de Santa Catalina de Higuera la Real, con un papel destacado en la exposición. Entre las obras de orfebrería, se ha incluido un cáliz novohispano de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de La Parra, que ha sido restaurado y la "archiconocida" Cruz de altar de la iglesia de Santa María de Fregenal de la Sierra, que ha salido a otras exposiciones, la última la dedicada a Hernán Cortés en Madrid. De Fuente de Cantos procede el Cristo del sagrario de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, de caña de maíz y papel. Otra custodia de Salvatierra de los Barros que fue la estrella de otra exposición de arte mexicano y de las madres carmelitas descalzas de Talavera la Real, un "impresionante" Cristo muerto que es un marfil filipino. De la Colegiata de Nuestra Señora de la Candelaria de Zafra un Cristo Yacente de origen novohispano que ha sido restaurado. No podía faltar la representación de Francisco de Zurbarán, con una tabla, la más emblemática, 'Imposición de la casulla a San Ildefonso', que pertenece al retablo de Nuestra Señora de los Remedios en la iglesia de la Candelaria en Zafra, que también ha participado en muchas exposiciones, y la custodia procesional de 1605.
Gracias a los trabajos de restauración realizados hace unos años se descubrió la autoría de la obra 'Martirio de San Bartolomé', de la iglesia de la Asunción de Segura de León, firmada por Juan de Valdés Leal, que participa como novedad porque se desconocía su importancia. En Plasencia está también la talla de madera policromada de 'San Jerónimo penitente' de Juan Martínez Montañés, que pertenece al Monasterio de Santa Clara de las clarisas franciscanas de Llerena, que ha sido emblema de muchas exposiciones dentro y fuera de la región. De Llerena procede además otra obra de Zurbarán: un 'Cristo crucificado' de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, que se ha limpiado y "luce ahora en todo su esplendor". 'La visitación' de Juan Correa de Vivar, de la iglesia de San Juan Bautista, en Herrera del Duque y la custodia de la iglesia de San Blas en Salvatierra de los Barros completan la participación de la diócesis.
Las valoraciones y los transportes de todas las obras han sido supervisados por la Junta de Extremadura. Todas las piezas tienen un seguro 'clavo a clavo', es decir , desde que se descuelgan hasta que regresen, tanto el montaje, como el embalaje, la exposición y el regreso a su lugar de origen.
Velázquez ha mencionado que algunas piezas mantienen su uso para el culto, como ocurre con las custodias procesionales, por lo que existe el compromiso de la Fundación de Las Edades del Hombre para que retornen unos días antes del Corpus Christi a sus parroquias, cumplan su función litúrgica y regresen otra vez a la exposición de Plasencia, hasta que termine.
