La residencia que las Hermanas Hospitalarias tienen en la calle Menacho de Badajoz, sin uso desde que el pasado mes de agosto se trasladaron a Olivenza las 30 personas con enfermedad mental a las que atendían, funcionará como centro de emergencia para refugiados ucranianos. Las instalaciones, con treinta plazas para adultos -a las que se suman algunas más para bebés-, ya se han limpiado y acondicionado para acoger a sus nuevos usuarios, que está previsto que comiencen a llegar a la ciudad en breve, según confirmó la gerente de la congregación en Extremadura, Cristina Polidura.

La previsión es que la mayoría de los exiliados que lleguen sean mujeres y niños, a los que además de proporcionar alojamiento y manutención, se asesorará, orientará y acompañará para que se adapten lo mejor posible a su nueva vida. El edificio de las Hospitalarias cuenta con 14 habitaciones individuales y 8 dobles, en las que hay espacio para instalar cunas en el caso de que se acoja a madres con bebés.

Además, dispone de dos amplias salas, lavandería y cocina, aunque, en principio, la comida y la cena la servirá una empresa de catering. La ropa de cama se lavará fuera, pero los usuarios podrán utilizar las lavadoras y secadoras para su colada personal. También hay terraza.

A este recurso, los refugiados ucranianos llegarán desde los dispositivos de acogida provisional, como los albergues del Revellín y de Olivenza, en los que pasan las primeras horas hasta que comunican si prosiguen su viaje a otro destino o se quedan en la ciudad. El centro de emergencia es la segunda fase de la acogida y pueden permanecer en él 6 meses, aunque la intención es que puedan ser autónomos cuanto antes.

Para atender sus necesidades se contará con una plantilla de nueve profesionales, además de la colaboración de dos hermanas de la congregación que han permanecido en la ciudad tras el cierre de la residencia para enfermos mentales. 

La coordinadora del proyecto es una trabajadora social con experiencia con refugiados, que ya está trabajando hace días, y también se ha contratado ya a otros dos trabajadores sociales y un psicólogo. En estos momentos, se está culminando el proceso selectivo para incorporar a un profesor de lengua española y un administrativo. En todos los perfiles se ha valorado su nivel de inglés, pues, según la gerente, es el idioma en el que mejor se defienden los ciudadanos ucranianos tras su propia lengua.

Una vez se instalen en el centro, los primeros trámites serán para regularizar su situación en Badajoz, garantizarles la asistencia sanitaria y la escolarización de los menores. Las Hospitalarias ya han contactado con el Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS) de Badajoz, que les ha brindado su colaboración. El siguiente paso, será orientarlos para la búsqueda de empleo. También habrá voluntarios para apoyar a los acogidos.

Después de que el Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (Sepad) adjudicase a una empresa con sede en Olivenza el contrato del centro residencial de rehabilitación para enfermos mentales que las hermanas Hospitalarias gestionaban desde el 2007 en Badajoz, la residencia se quedó vacía a la espera de otro proyecto que mantuviese el carácter social y de ayuda a personas vulnerables. En estos meses no se ha concretado ninguno, pero, a través de la Orden de los Hermanos San Juan de Dios y de la Fundación Juan Ciudad, se recurrió a las Hospitalarias para que pudiesen colaborar en la acogida de refugiados ucranianos, 

La primera es unas de las 17 entidades que tienen firmado desde 2017 un convenio con el Ministerio de Inclusión , Seguridad Social y Migraciones para la atención a personas refugiadas, que financia el proyecto de Badajoz (no hay una partida concreta, sino que se justifican los gastos y se abonan, sin margen de beneficio para la congregación). Este recurso se habilitará en principio para seis meses y será el ministerio, en función de la evolución de la guerra en Ucrania, el que decida si se prorroga o no ese plazo.

Las hermanas Hospitalarias confían en seguir vinculadas a la ciudad y en el futuro valorarán nuevos proyectos para seguir dando uso a las instalaciones de la calle Menacho.