Ya están en su nuevo hogar. 31 refugiados ucranianos, 14 mujeres y 17 menores, están alojados desde el pasado viernes en el antiguo convento de los Carmelitas Descalzos, en San Fernando, y en dos pisos cedidos por el arzobispado de Mérida-Badajoz y Cáritas Diocesana. La llegada de estas personas, que se han visto a huir de su país a causa de la guerra declarada por Rusia, ha sido posible gracias a un proyecto conjunto de Cáritas y la Fundación Ubuntu Áfrika, de Grupo Preving, que les proporcionará alojamiento y apoyo al menos durante un año.

«Ya formáis parte de nuestra ciudad y nuestros corazones», les dijo el arzobispo, Celso Morga, quien quiso estar presente en el acto de acogida a estas familias. Tras instalarse, ya se han iniciado los primeros trámites ante la Policía Nacional para que puedan regularizar su situación y se están en conversaciones con la Consejería de Educación para que los menores se puedan escolarizar cuanto antes en colegios de la zona, según explicaron ayer fuentes de Cáritas.

El arzobispo da la bienvenida a las mujeres y niños acogidos en la ciudad. LA CRÓNICA

 El proyecto, al que la Fundación Ubuntu Áfrika aporta 150.000 euros, además de cubrir las necesidades más básicas de estas familias, tiene vocación de ofrecer una atención integral, por lo que se pondrán a su disposición recursos para que puedan desenvolverse cuanto antes con la mayor autonomía posible. En este sentido, se impartirán cursos de castellano y podrán participar en un programa de empleabilidad que les permita emprender un nuevo proyecto de vida el tiempo que tengan que permanecer lejos de Ucrania. 

«La acogida es solo el primer paso. Con este proyecto queremos facilitar la inserción de estas mujeres y menores en nuestra sociedad, para que, cuando todo acabe, puedan decidir entre quedarse o volver a su país», explicó Jesús Pérez, director de Cáritas Diocesana. Cuando acabe la guerra, será el momento de reconstruir un territorio que las tropas de Putin están arrasando, por lo que el regreso a Ucrania puede dilatarse en el tiempo.

«Muchas personas están dando lo mejor de sí para estar a vuestro lado en esta etapa tan dura de vuestras vidas. Esperamos que este sea vuestro hogar y nosotros vuestra familia de corazón», les dijo Eva Mateos, directora general de Personas de Grupo Preving. Las familias contarán con el acompañamiento de voluntarios desde el primer momento.

Los ciudadanos que deseen colaborar económicamente en este proyecto pueden hacerlo a través de las cuentas de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz (Ibercaja ES44 2085 4501 1703 3054 1049 y Bizum 38121) y de la Fundación Ubuntu Áfrika (ES08 2100 8645 4102 0007 7590 y Bizum: 05065). H