Culpable de asesinato con ensañamiento y alevosía. Es el veredicto unánime del jurado popular para Manuel M. M. Q., el casero que acabó con la vida de su inquilina, María Soledad S. D., golpeándola más de 40 veces con una palanca de desencofrar en una finca de Zafra el 31 de enero de 2020.

Tras cinco días de juicio en la Audiencia Provincial de Badajoz por el crimen de Zafra y cerca de ocho horas de deliberaciones, todos los miembros del jurado han coincidido este viernes en que el hombre, de 75 años, asesinó de forma brutal a la mujer sin que esta tuviera posibilidad alguna de defenderse, por la desproporción entre sus complexiones físicas, muy superior la del verdugo a la de la víctima, y por el arma que utilizó para acabar con su vida (barra de uñas). Además, con 7 votos favorables y dos en contra, dan por acreditado que Manuel M. M. Q. incrementó de forma voluntaria el sufrimiento de María Soledad S. D. "por el placer de aumentar su dolor", pues, como plasmaron los forenses en sus informes, no hubieran sido necesarios tantos golpes para acabar con su vida.

Asimismo, el jurado cree que el procesado no tenía alteradas ni disminuidas sus facultades intelectivas o volitivas en el momento de los hechos, ni tampoco que actuara por estímulos tan poderosos que le provocaran cólera u obcecación, porque así lo corroboran los informes de los psiquiatras, el testimonio de los guardias civiles, que declararon que estaba "tranquilo" al confesar, y la actitud de "tranquilidad" que se aprecia en su persona en los vídeos grabados antes y durante el asesinato por el teléfono móvil de la víctima, prueba documental que ellos mismos han podido visionar durante el procedimiento en sala.

Con 4 votos a favor y cinco en contra, el jurado no considera acreditado que, como defendían las acusaciones particulares, Manuel matara a María Soledad por su condición de mujer.

Tampoco cree que Manuel haya colaborado de forma decisiva en el esclarecimiento de los hechos -como sostiene su defensa, que planteaba la atenuante de confesión en su condición muy cualificada-, sino que, por el contrario, creen que el inculpado ha ofrecido distintas versiones de lo ocurrido e incluso ha dificultado la investigación al mentir en una de sus declaraciones.

El jurado concluye que el acusado no debe disfrutar del tercer grado hasta el cumplimiento de la mitad de la condena y que no cabe la reclamación de un indulto total o parcial para él por "la crueldad de los hechos" que ha cometido.

La fiscalía y las acusaciones particulares, ejercidas por Ana Belén Spínola, Noelia Álvarez y Marta Guzmán, mantienen la petición de 25 años de prisión por un delito de asesinato para Manuel M. M. Q, por "la crueldad" de los hechos y la concurrencia de ensañamiento y alevosía declarados probados por el jurado, así como que no se le aplique a este el beneficio del tercer grado hasta el cumplimiento de la mitad de la condena. Además, las abogadas que representan a la familia de la víctima reclaman, en concepto de responsabilidad civil, que se indemnice a sus dos hijos con 250.800 euros y a sus siete hermanos con cantidades de entre 21.400 y 23.400 euros.

Las letradas de la familia se mostraron "muy satisfechas" con el veredicto del jurado para un "crimen execrable", que confían en que sea castigado con "la máxima pena". "Ha sido un juicio muy duro, porque el crimen fue muy duro, pero creemos que, afortunadamente, se ha hecho justicia", ha señalado Ana Belén Spínola en nombre de las acusaciones particulares.

Por su parte, la defensa, en manos de Emilio Cortés, no propuso pena concreta y lo dejó a decisión del presidente de la sala, Emilio Sierra. Tras finalizar la sesión, Cortes ha anunciado que recurrirá ante el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) una vez se dicte sentencia. "Los jurados son tan imprevisibles que de de ellos no se puede esperar nada, es una patología del sistema procesal, ni a los propios miembros de jurado ni a los profesionales nos agradan este tipo de cosas, pero baste decir como ejemplo que si se ha considerado que no hay arrebato porque la persona es sana, no se ha entendido muy bien lo que es un arrebato en España desde el siglo XIX", valoró el letrado.

Las hermanas de la víctima: "Se ha hecho justicia"

No pudieron contener la emoción. Las hermanas de María Soledad S. D., presentes en la lectura del veredicto junto a otras personas allegadas a la víctima, se fundieron en un largo abrazo, primero entre ellas, y más tarde con sus abogadas, tras escuchar el veredicto del jurado popular. "Se ha hecho justicia, lo que esperábamos". Han seguido el juicio durante cinco largos días, unidas, con tristeza, pero también con la confianza de que hubiera un veredicto justo para María Soledad, una mujer "buena, amante de los animales y muy reservada" que, según su testimonio, no quiso contarles la mala relación y los temores que sentía hacia su casero para no preocuparlos.

Este proceso ha resultado especialmente doloroso por la crudeza de los testimonios y pruebas que se han tenido que escuchar en sala, especialmente el audio del vídeo que, grabado por el teléfono móvil de la víctima, recogía la brutal agresión que acabó con su vida, pese a los ruegos de la mujer porque parase de golpearla. "Que me estás matando. Por favor, Manuel, perdóname, te lo pido por Dios, que me voy ahora mismo", suplicó la víctima insistentemente sin que de nada sirviera. María Soledad tenía 59 años cuando Manuel le arrebató su vida. Su intención era dejar la finca de Zafra y marcharse a Málaga para seguir haciendo lo que más amaba: cuidar animales.