Indolora, rápida, eficaz y sobre todo fundamental para conocer nuestra salud auditiva. La audiometría es una prueba que evalúa la capacidad de una persona para escuchar sonidos. Debe hacerse en cuanto hay la más mínima sospecha de pérdida de audición, no solo por parte del paciente, sino por las personas más cercanas a él.

Lo primero que harán en una audiometría es realizar algunas preguntas generales sobre el estado de salud. Posteriormente, con el otoscopio se realiza una exploración del conducto auditivo y el tímpano.

Más tarde la persona que va a someterse a la audiometría pasa a una cabina, el audiómetro, donde a través de los auriculares irá escuchando sonidos por un oído u otro con distintas frecuencias e intensidad. El paciente, que estará de pie o sentado, deberá realizar una señal o dar un golpe en el cristal de la cabina cuando los escuche. La prueba nunca tiene ningún tipo de complicaciones ni riesgos.

Es importante que quien realice el examen permanezca fuera de la cabina y no realice ninguna señal que pueda dar lugar al paciente a conocer cuándo está emitiendo el sonido.

El resultado de la audiometría es el audiograma, un gráfico que especifica los niveles de audición de cada paciente.

También hay distintos tipos de audiometría. La audimetría tonal mide la audición a través de pitidos de distinto volumen e intensidad.

La audiometría verbal mide el porcentaje de comprensión a través de palabras y frases de distinta intensidad. La impedanciometría analiza el estado del oído medio y permite identificar si el problema está relacionado con esta zona específica.

En muchas ocasiones la calidad de vida de las personas mejora tras la realización de una audiometría, la identificación de las causas de la pérdida de audición y la utilización de audífonos para compensarla y que los pacientes puedan tener una vida normal y relacionarse con su familia y amigos.

Tecnología

La tecnología de los audífonos ha experimentado una gran evolución en los últimos años. Lo más recomendable es asesorarse por profesionales de centros auditivos que le ayudarán en el proceso de elección del que más se adecua a sus necesidades. 

En el Día Mundial de la Audición más que nunca se recomienda la realización de audiometrías periódicas para conocer nuestra salud auditiva.

Es preciso tener muy claro que los audífonos que a alguien le van bien a otra persona no. Por eso deben tenerse en cuenta factores como grado de pérdida auditiva, la tecnología del audífono, su comodidad, precio y calidad, modelo de audífono, estilo de vida y situaciones de escucha y otras afecciones médicas.

Así hay que poner especial acento en la diabetes, pues los niveles altos de azúcar en la sangre pueden dañar los vasos sanguíneos pequeños y los nervios del oído interno, y los niveles bajos pueden dañar la forma en que las señales que envían los nervios del oído interno llegan al cerebro.

Lo importante es acudir siempre a profesionales, que le realizarán la audiometría y, si es necesario, le aconsejarán sobre cuál es el audífono que mejor se ajusta a sus necesidades de audición.