El gran desfile del Carnaval de Badajoz estuvo a la altura del título de Fiesta de Interés Turístico Internacional que estrena este año . Pese a la incertidumbres y dificultades de los últimos meses, comparsas, grupos menores y artefactos demostraron durante más de 8 horas por qué la ciudad es digna de esta distinción. La comparsa Los Lingotes se alzó con el primer premio; el segundo fue para Caribe; y el tercero lo compartieron Vaivén y La Kochera. El cuarto se los llevaron Los Pirulfos y el quinto Moracantana.

Los accésit se han concedido en el siguiente orden; Lancelot; Wiluku; Atahualpa y La Pava and Company; Aquelarre, Caretos Salvavidas; Los Tukanes,; Cambalada; Balumba y Umsuka Imbali; marabunta; Anuva; Las Monjas; Saqqora; Vas como quieres, La Bullanguera y Shantala; Donde vamos la liamos; y Los Mismos. Achiquitú ha obtenido los dos primeros premios en estandarte fijo y móvil.

En cuanto a los artefactos, Pues anda que tú, con su barco asaltado por un kraken se llevó el primer premio, seguido de Trimoto. La Joya del Nilo; y Duendes Masca Chapas. Estaribé triunfó en la categoría de grupos menores, en la que fue segundo Dekefuisteis y tercero, Chalchimpapas.

Más de 6.000 personas se encargaron de poner coreografía y música a este reconocimiento, mientras que el numeroso público que las acompañó a lo largo de todo el recorrido correspondía a su esfuerzo con aplausos.

Caribe Thriller, ganadora del segundo premio. ANDRÉS RODRÍGUEZ

«Ha sido muy emocionante, antes de salir se me han puesto los pelos de punta», describía Fran González, batería de La Bullanguera. Tenía heridas en las manos al acabar el desfile. «Han sido dos años esperando este momento y lo hemos dado todo», aseguraba. Era un sentimiento compartido por muchos comparseros. «Estamos emocionados, muy contentos de poder celebrar el Carnaval. El público siempre está entregado, pero este año te llena más», reconocía Encarna Vasco, de la comparsa Shantala, de Pueblo Nuevo del Guadiana.

También había ganas de volver a escuchar y ver bailar a las comparsas entre pacenses y visitantes, muchos de ellos llegados del vecino Portugal. Hubo quien no dudó en llegar hasta tres horas antes del inicio del desfile para «coger un buen sitio». Fue el caso de María Jesús y su familia. Poco después de las nueve de la mañana ya habían ocupado sus sillas, iban provistos de ropa de abrigo y comida. «Este año no podíamos faltar. Es especial por lo que hemos pasado y por la declaración de Interés Internacional», comentaba dispuesta a no perder detalle.

La comparsa oliventina Donde vamos la liamos, que unió en sus trajes el reggaeton y el punk, fue la encargada de abrir el gran desfile, en el que la música de diferentes estilos estuvo muy presente, pues fue la temática elegida por muchas de las comparsas. También se repitieron los mensajes para clamar por la sostenibilidad del planeta y los de ‘No a la guerra’, que lucieron varias agrupaciones. Hubo guiños al título de Fiesta de Interés Turístico Internacional, como el deseo concedido del genio de la lámpara maravillosa que lució por estandarte móvil 

La tercera posición en el desfile siempre la ocupa Colorido sobre ruedas, la comparsa de Aspaceba, que este año no ha podido desfilar. Ningún otro grupo ha utilizado su número como muestra de cariño. Hoy se encargarán de dar el pregón infantil. 

Los Mismos, de Guadiana, desfilaron de ganster de los años 20, a ritmo de swing y jazz.Stanmajaras, de Alconchel, emularon un festival de punk y rock; mientras que Vendaval, una de las más veteranas junto a Caribe, sacó a la calle sus elfos guerreros, con movimientos de formación y ataque. Valkerai paseo a sus brujas adoradoras de la diosa pagana Wicca a ritmo de música celta; y La Bullanguera rememoró el desfile del Orgullo Gay de Nueva York en 1970. Tras ella, bailaron los Mariachis de Shantala, con versiones de música mejicana; segudidos de Los Legendarios, de Quintana de la Serena, que se estrenaban en el Carnaval de Badajoz como zíngaros, con vidente incluida. Desde Montijo, Montihuacán trajo su particular ‘October fest; y Themba, de Don Benito, eligió la temática del vudú, con un muñeco gigante. 

Aquelarre, de Aceuchal, puso música de Abba en la propuesta más discotequera; y Los Pirulfos, de Barbaño y una de las comparsas más numerosas, regresaron a los años 90 con los walkman, el cubo de RubiK o el Tetris. Cambalada mezcló los personajes del mítico Village People en un llamativo disfraz, mientras que los miembros de Dekebais se convirtieron en exploradores. Esta comparsa recordó a su compañera Débora Grau, militar fallecida, y su causa en favor de la donación de médula ósea. Pío Pío también optó por el rock, pero el más callejero.

Tarakanova, de Olivenza, se inspiró en la religión Yoruba, con ritmos caribeños; y Caretos Salvavidas sacó las banderas de Nirvana y ACDC en su propuesta punk-rock. Wailuku reinventó el traje de masai que lució e n 2004 dándole un toque más actual y urbano; y Los de Siempre, de La Garrovilla, ‘dieron la nota’ con un traje en el que rendían homenaje a la música de todos los estilos. 

Moracantana trasladó al público a Buckingham Palace, con la Reina Isabel II incluida, el famoso cambio de guardia y el ‘God save the queen’. Los búhos guardianes llegaron de Gévora con Balumba, que se inspiró en un videojuego, y Los Desertores trasladaron Bollywood al centro de Badajoz. Marabunta, desde Valdelacalzada, gritó al amor libre; y Vaivén, otra de las más numerosas. enseñó un singular diseño elaborado con materiales que sus miembros tenían a mano en el confinamiento. Llevaron un mensaje especial: «Gracias sanidad».

Atahualpa, desde Talavera la Real, mostró su lado más flamenco; y Los Makumbas, de Barcarrota, invitaron al público a su fiesta urbana. La Kochera, de Puebla de la Calzada, rememoró la movida madrileña, y Achiweyba, de Villafranco de Guadiana, aportó la alegría de su particular fiesta.

De Alpinistas, con cima a la que subir, desfiló Vas como quieres, de Puebla de la Calzada; a los que seguían los cazafantasmas de Infectos Acelerados. Meraki de Valdebótoa se sumergió en el mundo de Harry Potter, y Los Lorolos, de Mérida, se inspiraron en la alegría para celebrar la vuelta del Carnaval.

Saqqora, de La Garrovilla, se metió en el papel de una singular Cruella de Ville, y Los Caprichosos, de Quintana de la Serena, presumió de traje cien por cien reciclado. Los Lingotes, de Talavera la Real, propusieron un viaje a Egipto y Achikitú, de Don Benito, se transformó en una tribu urbana en busca de paz y justicia. La Pava and Company, de Torremejía, optó por el ‘steampunk’, mientras Caribe montó su particular ‘thriller’ en homenaje a Michael Jackson y Lancelot, un gran cabaret.

Anuva, de Barcarrota, se trasladó al reino sumergido de ‘Atlantis’ y Los Tukanes, de Alange, se inspiraron en Aladín. Las Monjas homenajearon a la cultura japonesa y Umsuka Imbali se convirtió en un ejército de soldados de la tierra que odian la guerra. Los Superkk, con su particular estilo, y Batala, que este año contaba con participantes de varios países cerraron el desfile de comparsas, al que siguieron los grupos menores y artefactos que se han convertido estos días en la banda sonora de los carnavaleros, ante la ausencia de música en la calle.