"Fue un desastre». Así se resume la integrante de una comparsa de Badajoz lo ocurrido la tarde de este sábado de Carnaval en la pasarela de comparsas que se celebró en puerta de Palmas. Este punto era el único en el que este año se ha permitido la música, lo que atrajo a miles de jóvenes desde primera hora de la tarde para hacer botellón. 

La pasarela de comparsas tenía como hora de inicio las cuatro de la tarde y estaba previsto que desfilaran una veintena de agrupaciones y tres grupos menores. Sin embargo, no todas llegaron a realizar sus exhibiciones, pues la avalancha de público en la zona por la que debían acceder al tramo de Entrepuentes reservado para ellas les impedía el paso, por lo que algunas decidieron echarse atrás. «Se retiraron por impotencia», aseguran sus compañeros.

Tras desfilar las comparsas infantiles, hubo un parón y, cuando las de adultos quisieron retomar el desfile, les resultó muy complicado abrirse paso entre la multitud, sobre todo para desplazar los carros de la música. Pese a los repetidos llamamientos del dj para que el público les abriera paso --incluso llegó a amagar con parar la música--, las miles de personas congregadas en el entorno de puerta de Palmas hacían caso omiso. «Quitaron las vallas y no había policía ni nadie que controlara aquello», lamentan las comparsas. Esta actividad la organiza la Federación de Asociaciones del Carnaval Pacense (Falcap), cuya presidenta, Alexia Sánchez, aunque sin entrar en detalles, confirma los problemas a los que tuvieron que hacer frente. «No pudo celebrarse como estaba organizado», ha lamentado esta mañana antes del inicio del gran desfile.

«Era angustioso», reconoce una comparsera, que asegura que ni los grupos ni las personas que se acercaron para ver a las comparsas pudieron disfrutar. «La pasarela quedó totalmente deslucida».

Esta actividad se organizaba por tercera vez, pero este año se ha incluido en la programación oficial del ayuntamiento, que ha querido darle un impulso, permitiendo la música y ampliando las horas de desfile. La idea era que, una vez concluida la exhibición de las agrupaciones, la fiesta continuara hasta que el público abandonara el entorno. Pero, la afluencia fue masiva desde antes del inicio y el botellón engulló a la pasarela. La música comenzó a sonar varias horas antes de su inicio y el público se fue concentrando en el entorno cargado de bolsas con bebidas. «La gente estaba sentada donde estaba la pasarela, no nos podíamos casi ni colocar para empezar y cuando ya estábamos bailando, se cruzaban por el medio. Muy mal, la organización ha sido pésima», se quejan desde las comparsas. 

Actuación policial

En el entorno de puerta de Palmas se llegaron a concentrarse más de 8.000 personas entre las 20.30 y 21.00 horas. La concejala de Policía Local, María José Solana, reconoció que la masiva afluencia de público «desbordó» las previsiones, pero afirmó que en ningún momento se produjo una situación de inseguridad. Asimismo, aseguró que en el entorno de puerta de Palmas hubo 16 agentes del Giapol y que fue, gracias a su intervención, por lo que algunas comparsas pudieron llegar a desfilar, pues se encargaron de despejarles el camino. Hubo asistentes que llegaron a lanzar vasos, botellas y cubitos de hielo a estos policías. 

Agentes del Giapol en Entrepuentes, con las comparsas detrás, este sábado. LA CRÓNICA

Pasadas las doce de la noche, una vez se paró la música en Entrepuentes, la multitud se desplazó al centro. Se estima que entre San Francisco, la plaza de San Atón, Minayo, Pedro de Valdivia y Juan Carlos I, sobre la una de la madrugada se repartían entre 12.000 y 15.000 carnavaleros.   

La policía local levantó 20 actas por intervenciones de sustancias estupefacientes, la mayoría cocaína, y se incautó de varias armas (ninguna de fuego, sino barras extensibles y navajas). Además, el Giapol intervino en tres reyertas, por las que se ha detenido a dos personas que estaban agrediendo con botellas a varias familias, tras lo que el público aplaudió a los agentes.