Muchos son los pacenses que se han percatado de que el alcalde de la ciudad, Ignacio Gragera, no ha faltado a ninguna de las tres sesiones del concurso de murgas celebradas hasta el momento. Habrá quienes piensen que únicamente asiste al teatro López de Ayala por responsabilidad institucional, pero revela que no solo lo hace por eso, sino porque le gustan sus actuaciones desde siempre. De hecho, afirma que “cuando era un vecino más, un simple aficionado” también asistía, aunque no con toda la asiduidad que lo hace ahora por su cargo institucional, “por lo complicado que resultaba, a veces, encontrar entradas”. Estos días son “un momento de alegría” para él, y manifiesta que cree que es algo bonito para las murgas, también, “el poder visualizar a tu ayuntamiento y tu alcalde de frente, escuchándote y siendo partícipe de la fiesta y de esas letras”.

¿Qué valoración hace del desarrollo de esta edición del concurso de murgas?

Ha sido un año de espera, que son casi dos sin que la gente se subiera a las tablas del López, y la verdad es que con mucha emoción y mucha ilusión. Además, creo que la gente que está participando este año en el Comba 2022 ha hecho un esfuerzo especial y hay que agradecérselo por las dificultades del momento. Así que: agradecido, ilusionado, y sobre todo feliz de ver de nuevo actividad en el López y de ver a la gente disfrutar.

¿Cómo ve el futuro del concurso de murgas? ¿Cree que le espera un futuro halagüeño, y que la situación actual es circunstancial, o piensa que el número de murgas ha sido demasiado bajo como para que se recupere en el plazo de un año?

Las circunstancias han sido muy difíciles. No solo ha sido la incertidumbre de saber si podían ensayar, sino también de saber si se iba a celebrar o no el concurso. Y creo que todo eso ha lastrado la participación en el Comba. Lo que es verdad es que hay muchas murgas que han anunciado que van a salir a la calle, que siguen en marcha, que siguen queriendo actuar y participar. Y creo que el año que viene –espero que en una situación aún más normal que este año, que podamos plantearnos unos meses previos de preparación normales- la participación repuntará, volveremos a contar con las murgas suficientes como para poder volver a las preliminares y poder hacer un Comba un poquito más grande que este año.

¿Cómo digiere las alusiones de las murgas? Muchas señalan a su cabello, pero, de momento, no hay una crítica generalizada a su gestión como alcalde.

 Bueno, el tema del aspecto es lo más llamativo. Pero se llevan bien. Al final, hay crítica política un poco más profunda, crítica más y menos ácida. El carnaval es crítica, es reivindicación, y uno tiene que saber asumir esa crítica, no tomársela demasiado en serio en el sentido de que es un momento en que hay que callar, asumir, reír, y sobre todo disfrutar, y saber que cuando uno está en este tipo de puestos de responsabilidad esta bajo el foco. Raro sería que no se criticara al alcalde. Yo contento, muy bien. Muchas veces vienen algunos murgueros a hablar después de sus actuaciones, y me dicen que no me lo vaya a tomar mal. Y les digo que jamás me lo tomaré mal, porque yo entiendo que es parte del carnaval y, por supuesto que mi presencia y la crítica al alcalde es algo absolutamente obligado.

¿Tiene previsto el ayuntamiento retomar el proyecto “Aulas de Carnaval”?

Se recuperarán. Es verdad que, como aulas, tal y como las conocíamos, hasta el curso que viene no va a ser posible. Pero sí vamos a empezar a retomarlo con talleres de carnaval, que van a ser píldoras formativas un poquito más pequeñas (no tan establecidas y tan dilatadas en el tiempo como eran las aulas). Pero, obviamente, la cantera es absolutamente fundamental, y se retomará el año que viene, ya con el inicio del curso, ese programa de Aulas de Carnaval que tan buenas noticias nos ha dado. Que este año hayan sido, precisamente, alumnos e integrantes de ese programa de Aulas de Carnaval los que han abierto el Comba, y además han debutado en el concurso grande, yo creo que es una muestra de la importancia del concurso, del programa y sobre todo del compromiso de seguir apostando por la cantera.

¿Son conscientes de la unanimidad en el aplauso de la afición al reconocimiento que entregaron el lunes a Los Mini-Folk?

Sí, yo creo que es un reconocimiento de todo el mundo del carnaval. Es verdad que nosotros somos los organizadores y nos toca entregar ese reconocimiento, pero creo que es un reconocimiento del mundo carnavalero. Ya están entre los grandes, y además demostraron que no desentonan. Es increíble verlos, con la edad que tienen, hacer lo que hacían sobre el escenario: ese desparpajo, esas letras, ese compromiso, esa fuerza, esa raza… Creo que eso es carnaval, esas son las Aulas de Carnaval, eso es lo que son capaces de hacer. Y, por supuesto, tenemos que recuperarlo, visibilizarlo y potenciarlo. Y que ellos sean la cabeza visible, la cabeza tractora para que otros muchos lleguen detrás y puedan sumarse a ellos.