El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, ha roto su silencio. Desde que a finales de mes todas sus trabajadoras presentasen una denuncia contra el oficial mayor por presuntos abusos sexuales y amenazas, que fue detenido y puesto en libertad, la institución solo había emitido un escueto comunicado hace ocho días informando del despido de este empleado y explicando brevemente el procedimiento que había seguido desde que tuvo conocimiento de lo que estaba ocurriendo. Hace tres días, la que fuese su vicepresidenta primera, María Ibáñez, presentó su dimisión y este martes la secundaron otros cuatro miembros de la junta directiva. Durante toda esta sucesión de hechos Hidalgo había permanecido callado. Hasta este miércoles, que ha comparecido ante la prensa en el salón de actos de la sede colegial en Badajoz, en presencia de miembros de la comisión de Deontología, que es un órgano asesor del propio colegio, y del abogado Ricardo de Lorenzo, profesor de Derecho Sanitario. Ha sido este asesor legal quien, a preguntas de los medios de comunicación, ha confirmado que el colegio se personará en el procedimiento para respaldar en la vía penal a sus trabajadoras.

Hidalgo ha querido dejar claro que con esta comparecencia ni la junta directiva ni su presidente han pretendido "defenderse", sino "aclarar algunos términos porque en este momento conviene hacerlo". En su intervención, ha insistido en el "dolor" por el daño causado a las víctimas y el de la junta directiva por no haber detectado lo que ha estado ocurriendo. También ha defendido "la humildad" por haber intentado actuar en todo este proceso de la mejor manera posible en función de los protocolos establecidos, tanto los internos de la entidad colegial como los del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales para casos de abuso y acoso, que además son estrictos en la confidencialidad de los procedimientos.

Hidalgo ha recalcado que no ha habido "inacción" por parte de la institución que preside. "Nada más lejos de la realidad". Al contrario, según ha dicho, se han minimizado los plazos para intentar actuar con la máxima diligencia. Ha reconocido "la sorpresa" por que hayan ocurrido hechos tan graves "en la casa de los médicos". Han estado "ciegos y a oscuras" y "no hemos sabido ver lo que estaba ocurriendo": abusos laborales y sexuales por parte de un empleado de confianza del colegio. El investigado llevaba tres décadas trabajando en la institución. Entiende Hidalgo, al mismo tiempo, que aunque han tardado en percibir lo que estaba sucediendo, nunca hay que culpar a las víctimas por no haberlo denunciado antes. "Podemos culpabilizarnos nosotros por no habernos dado cuenta", ha subrayado, al tiempo que lo ha lamentado porque el colegio es responsable de la seguridad de estas trabajadoras.

A quienes les han estado reprochado su silencio, Hidalgo ha respondido que "no sido por cobardía, sino por respeto a las víctimas, a su intimidad y la de su familia". Así lo entendió el pleno de la junta directiva cuando optó por emitir un comunicado "evitando publicidad y un señalamiento público en un núcleo pequeño como el nuestro".

Las fechas

Además ha justificado su proceder en que no pueden estar desmintiendo "a cada paso", precisamente por el mismo respeto a las víctimas. El presidente ha asegurado que fue él mismo el que preguntó qué estaba ocurriendo al detectar un mal ambiente laboral. Al pedir explicaciones le dijeron que "había algo más que es profundamente íntimo". Esto ocurrió el 4 de enero. En ese momento se puso en marcha "la rueda de la investigación" y asegura que no solo no han incumplido los plazos que recogen los protocolos del ministerio y de los colegios de médicos, sino que han ido por delante. Se hizo una instrucción al secretario como jefe de personal para ver qué ocurría. Fue el 5 de enero. Ese día se pidió que las declaraciones se hiciesen por escrito y se presentaron el día 7. Se abrió un expediente informativo para escuchar a "todos" los trabajadores y se descubrió que en lugar de dos víctimas eran cuatro. Era el 11 de enero. Consultaron a asesores internos y externos y se creó el 25 de enero la comisión de investigación para "aportar todas las pruebas". La presidenta era la vicepresidenta del colegio, María Ibáñez. Como corporación no podían presentar una denuncia. Cuando tres víctimas acudieron a la policía y el juzgado dictó 5 órdenes de alejamiento (para proteger a las cuatro trabajadoras y a la vicepresidenta) esta comisión se paralizó y el 31 de enero se celebró el pleno extraordinario de la junta directiva que decidió la expulsión "fulminante" del oficial mayor. "Esta corporación ha actuado con corrección y transparencia" y se ha garantizado el apoyo psicológico a las trabajadoras. También se les ha ofrecido atención jurídica, según ha asegurado. "El colegio ha sido escrupuloso y ante la más mínima sospecha, empezó a arañar para ver qué estaba pasando".

En cuanto al acusado, el presidente ha explicado, que en el momento de la denuncia se encontraba de baja laboral por una enfermedad común, se le pidieron explicaciones en la fase del expediente informativo. Declaró el día 19 de enero y se organizó para que no coincidiese en la sede con las víctimas. Aquel día el investigado negó cualquier tipo de acoso o abuso, según ha contado Hidalgo. Aunque lo negó, en el colegio ya habían llegado a la conclusión de que "había tema para el expediente informativo".

"Habíamos pasado de tomar una decisión a parecer que éramos los acusados"

Si hoy Hidalgo ha roto su silencio, según ha recalcado, ha sido "en beneficio de la claridad", porque "habíamos pasado de tomar una decisión a parecer que éramos los acusados". Una vez puestas las denuncias y habiendo decidido la expulsión del investigado, entendían que "era el momento de explicarlo", porque "creíamos que estábamos haciendo más daño sin salir". Fue la noche del martes, en un pleno extraordinario, cuando la junta directiva decidió que había que hablar y enviar un informe a todos los colegiados, como han hecho esta tarde. Son los mismos que hace ocho días consensuaron salir el paso con un escueto comunicado y mantener silencio.

Respecto a la situación de la vicepresidenta primera, Hidalgo ha argumentado que María Ibáñez "ha contado siempre con todos los medios y el apoyo del colegio" para la lucha contra la violencia de género "con un trabajo excelente" y ha "hecho lo que ella creyó en justicia".

Tras cinco dimisiones en el seno de la junta directiva, el presidente se mantendrá en el cargo y no ha dejado caer ninguna duda al respecto, por si alguien se ha planteado su dimisión, pues está convencido de que cuenta con el respaldo de los colegiados. "Pocas veces he recibido tantos apoyos, en el sentido de cómo nos ha podido pasar esto a nosotros", ha dicho. No habrá elecciones anticipadas porque los estatutos del colegio establecen que solo será así cuando renuncien más de la mitad de sus integrantes (han sido 5 de 16) o el propio presidente y no es el caso. "Tenemos el compromiso de seguir", aun expresando el mayor respeto y agradecimiento a los que ahora han decidido dimitir, pues entiende que quienes han decidido abandonar la junta directiva "se han visto en algún momento hasta zaheridos por esta situación". Será el pleno el que decida quiénes ocupan las vacantes.