Con la nueva normalidad recién estrenada en la actividad cultural que permite el 100% de aforo, pero manteniendo todas las medidas de prevención sanitaria, el López de Ayala ha conseguido rondar los 5.000 espectadores y un centenar de abonos en el 44 Festival de Teatro Internacional de Badajoz, que se ha desarrollado durante quince días, entre el 14 y el 28 de octubre, con 16 funciones, tres más que en la edición anterior, con cuatro estrenos de coproducciones extremeñas. Con estas cifras de afluencia se superan las ediciones anteriores a la crisis sanitaria.

Además, el año pasado no pudo hacerse por la pandemia y en esta edición se ha recuperado la presencia del público joven a través de la actividad que se organiza con los institutos, de los que han acudido 200 alumnos, que recibieron entradas nominativas.

Comedia, drama, danza y circo se han dado cita sobre las tablas del López a cargo de compañías extremeñas, nacionales e internacionales que han conquistado y han convencido al público, tanto que en el 80% de las funciones, al terminar las representaciones, los espectadores se han puesto en pie y han aplaudido durante varios minutos, según destaca el gerente del López, Miguel Ángel Jaraíz. «Es una gran satisfacción, porque no responde a críticas, sino que es el propio espectador el que juzga el resultado de lo que está viendo y es la forma de demostrarlo». La inauguración y los fines de semana son los que más público han concentrado. El programa incluyó un espectáculo de calle, ‘El gran circo de la vida’, en el paseo de San Francisco, que se llenó de público, sobre todo infantil.

Todas las propuestas del festival, cuyo director artístico es Eugenio Amaya, tienen como nexo su «calidad» y «sobre todo la capacidad de sorprender, de divertir y al mismo tiempo hacer reflexionar al público sobre lo que está viendo», en palabras del gerente del teatro, quien explica que el programa se desarrolla gracias a una búsqueda continua durante todo el año «para intentar traer a Badajoz una selección de lo mejor de la creación teatral contemporánea». Ese es el camino que se ha marcado el festival, la apuesta por propuestas «que no son fáciles de encontrar», así como la internacionalización, una vez superadas las dificultades por la situación sanitaria y, sobre todo, «por la calidad de las obras que se traen», además de ofrecer actividades paralelas.

El Festival Internacional de Teatro de Badajoz es uno de los más longevos del panorama nacional. Jaraíz muestra su satisfacción porque considera que se está reforzando una identidad propia forjada en la búsqueda de propuestas que no aparecen en programaciones habituales y que el público respalda. Otro aspecto que destaca es la gratitud que las compañías manifiestan a todo el equipo, gracias «a un engranaje perfecto en la coordinación técnica» con un enorme trabajo detrás. «Muchas veces vienen compañías de fuera que no conocen el teatro López de Ayala y se sorprenden de cómo funciona por dentro, gracias a su equipo humano».