forma parte de una colección permanente dedicada al periodo de la guerra civil española

Un reflejo de la matanza de Badajoz pintado a mil kilómetros de distancia

El Museo Nacional de Arte de Cataluña muestra un cuadro de Martí Bas sobre este acontecimiento. El artista catalán lo hizo casi en tiempo real, pues en julio de 1937 ya había participado en una exposición

El cuadro ‘Fusilamientos en la plaza de toros de Badajoz’, expuesto en el MNAC acompañado de la escultura del miliciano El Madriles de Josep Viladomat.

El cuadro ‘Fusilamientos en la plaza de toros de Badajoz’, expuesto en el MNAC acompañado de la escultura del miliciano El Madriles de Josep Viladomat. / Marta Mérida - MNAC

Los ecos de la matanza de Badajoz resuenan no solo 85 años después de que ocurriese, sino también a mil kilómetros de distancia del lugar donde lo hizo, lo que ahora es el palacio de congresos de la capital pacense. El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) ubicado en Barcelona ha ampliado el número de salas dedicadas al arte del periodo de la guerra civil española, y en una de ellas está el cuadro ‘Fusilamientos en la plaza de toros de Badajoz’. Permaneció oculto en los depósitos del Palacio de Montjuic, donde tiene su sede el museo, desde 1938 hasta mediados de los años 80, una vez finalizada la dictadura franquista. Ahora, por fin, ha logrado hacerse un hueco entre las 108 obras que integran esta colección permanente cuya renovación ha corrido a cargo de Eduard Vallès y Elena Llorens, conservadores de arte moderno del MNAC.

Su autor es Martí Bas (Barcelona, 1910), quien la pintó casi en tiempo real. Vallès cuenta que, aunque no se sabe en qué momento exacto la hizo, sí que es seguro que en julio de 1937 ya estaba terminada, pues participó en la Exposición de Primavera de Barcelona que se celebró durante ese mes; es decir, menos de un año después de la matanza. Era un hombre muy politizado que se tuvo que exiliar y que incluso estuvo recluido en el campo de concentración de Saint-Cyprien, en el sur de Francia.

El cartelista y pintor catalán, Martí Bas.

El cartelista y pintor catalán, Martí Bas. / El Periódico

Bas, en realidad, es conocido más bien por su faceta de cartelista, pero «viene la Guerra Civil y muchos artistas que tenían trayectorias absolutamente normales se activan en clave bélica», explica Vallès. Así, algunos acaban realizando obras de compromiso que no tienen por qué coincidir con su producción anterior, con la cual habrían continuado en circunstancias normales.

De Badajoz a Barcelona

Esa implicación política de Bas fue lo que provocó que un suceso ocurrido tan lejos de su Barcelona natal llegase a sus oídos. La crueldad del acontecimiento le empujó a cambiar los carteles por un lienzo que, según el conservador del MNAC, supone una cierta transposición de la técnica cartelista. De hecho, asegura que «no hay una correspondencia entre el estilo, un poco naif hasta cierto punto, y la brutalidad del episodio histórico».

Lo que intentó Bas fue representar los dos bandos del conflicto en una obra que consta de dos niveles. En la parte izquierda, describe Vallès, se puede observar a las clases proletarias (incluyendo a mujeres y niños) siendo asesinadas en el ruedo. Símbolos como la estrella roja o el puño en alto permiten identificar su ideología.

A la derecha se reproduce un «auténtico friso sociológico» donde se divisa a gente de diferentes colectivos sociales entre los que se encuentran curas, guardias civiles, jueces, requetés, personas con vestimenta elegante... En definitiva, «una serie de perfiles que el artista asocia al bando franquista». Estos últimos están situados, además, en la zona de sombra del graderío del antiguo coso de Pardaleras, reservado para las clases pudientes al ser los asientos más caros.

Vallès señala que es una de las obras más duras de la colección, pero que, al mismo tiempo, muchos de los visitantes no saben que lo que ilustra es un hecho real, por lo que acaba impresionándoles todavía más. Está expuesta en la sala 77 de las colecciones de arte moderno junto a un retrato escultórico en yeso del miliciano republicano El Madriles, figura legendaria que luchó en la célebre batalla del Jarama, creado por Josep Viladomat. Por sus dimensiones (2,21 metros de alto por 3,27 de largo) ocupa toda la pared, por lo que a nadie que pase por allí le resultará indiferente ni el cuadro ni, en consecuencia, el acontecimiento que ilustra.