Aún no está claro cómo quedará finalmente la fachada del convento de Las Descalzas. La Comisión Regional de Patrimonio, en la reunión extraordinaria que mantuvo ayer tras paralizar de manera provisional los trabajos, autorizó a que se prosiga con la pintura de la fachada, pero pidió más información sobre la retirada de la reja de forja del altar cerámico de la Virgen de la Amargura, cuyo tejadillo ya se demolió. La Consejería de Cultura no informó sobre el contenido del acta de la comisión ni la resolución posterior de la Dirección General de Patrimonio, emplazando a hacerlo una vez los promotores de esta actuación la hubiesen recibido.

Al cierre de esta edición no se había producido esa comunicación oficial, de la que los responsables del proyecto estaban también pendientes para poder reanudar los trabajos de pintura.

A la vista de la solicitud de más informes sobre la retirada de la reja de forja, lo previsible es que la Comisión de Patrimonio se vuelva a reunir para analizarla y tomar una decisión definitiva al respecto. Sobre el tejadillo, ya demolido, no trascendió qué ocurrirá.

La polémica por la rehabilitación de la fachada del convento de Las Descalzas, que las monjas han encargado con una subvención recibida de la Inmobiliaria Municipal de Badajoz (Inmuba), lleva coleando desde hace 15 días, cuando 13 cofradías de la ciudad emitieron un comunicado conjunto para denunciar que se hubiera eliminado el tejadillo del altar cerámico y la pretensión de hacer lo mismo con la reja, a su parecer, esta última «una joya del patrimonio histórico artístico que le da belleza y valor», según defendieron.

Con voces en contra de que estos elementos desaparezcan y otras a favor de que se eliminen por ser «postizos», entre ellas las de las religiosas de Las Descalzas, la Dirección General de Patrimonio decidió paralizar de forma cautelar los trabajos, alegando que en el proyecto que se aprobó no contemplaba la retirada de elementos de la fachada, un hecho que niegan los responsables del mismo. Ahora habrá qué esperar a si se justifica su eliminación para saber qué pasará con la reja y el tejadillo, este último ya con forma de escombros.