El próximo 15 de junio se producirá el relevo en la Alcaldía de Badajoz para cumplir el acuerdo de alternancia alcanzado entre el PP y Ciudadanos. Durante los dos próximos años, Ignacio Gragera, de Cs, partido que consiguió solo 4 concejales en las últimas elecciones municipales, será alcalde, para lo que necesita el apoyo del concejal no adscrito (antes de Vox), Alejandro Vélez.

-¿Tiene bien atado que ese día será investido alcalde?

-Por supuesto que sí. Es un acuerdo que se firmó hace dos años, que sigue en vigor, que estamos poniendo en marcha y que continuará en los próximos dos años

-¿Contará con los votos que necesita? ¿También de Alejandro Vélez?

-Tengo asegurado que quien se quiera sumar a este proyecto de ciudad pueda seguir haciéndolo. Aquí los votos son de todos y cada uno de los concejales. Tendrán que manifestar qué proyecto de ciudad quieren, en este caso el que nosotros estamos poniendo en marcha desde hace dos años, de manera muy exitosa a pesar de todas las dificultades. Confío en que Alejandro (Vélez) siga colaborando para que Badajoz avance.

-¿Le habrá prometido algo a cambio de su voto o el compromiso ya está fijado?

-El compromiso es el del proyecto de ciudad en el que llevamos trabajando dos años. La hoja de ruta está muy clara: queremos una ciudad más moderna, que tenga menos trámites burocráticos, con niveles impositivos bajos y con la mayor agilidad posible para aquellos que quieran instalarse. Creo que lo estamos consiguiendo. Ahora Badajoz es mucho más amable con el ciudadano y con el empresario que lo era hace 2 años, a pesar de las circunstancias, porque el trabajo que se está realizando es buenísimo y en nuestra mano está continuar haciéndolo durante los próximos dos años.

-¿Ha hablado con el concejal no adscrito para asegurarse su voto?

-Yo hablo con Alejandro casi todos los días, como hago con todos los compañeros. Con él tengo la confianza de que quiere seguir sumando a este proyecto, que él sienta que el proyecto que necesita la ciudad es éste y que continuamos poniéndolo en marcha.

-Va a ser el alcalde más joven de la historia de Badajoz (38 años) y el que llegará al cargo con menos respaldo electoral. Tan solo 4 concejales de 27. ¿Se siente legitimado?

-La legitimidad siempre es del que suma. Sumamos nosotros. Los números son los que son y quien suma los votos necesarios para ser alcalde está legitimado para serlo porque es fruto de la voluntad popular. En cuanto al respaldo, es tan sencillo como que el alcalde al final gobierna con un equipo independientemente del color político que lo forme. Igual que estos dos años hemos estado gobernando de manera muy satisfactoria con el resto de miembros del equipo de gobierno, siendo leales y poniendo en marcha un proyecto necesario para Badajoz, en los próximos dos años va a seguir siendo lo mismo, independientemente de quién sea la persona que encabece la corporación.

-¿Se cree preparado?

-Me siento preparado e ilusionado. Llevamos dos años muy intensos trabajando, conociendo la Administración, los mecanismos de la casa, sabiendo cuáles son las dificultades y las oportunidades y sobre todo tenemos ilusión por poner en marcha proyectos y desbloquear muchos que parecía que nunca verían la luz y lo han hecho en estos dos años.

-¿Cree que será un equipo compacto a la vista del desigual reparto de fuerzas?

-Hemos sido un equipo compacto desde el primer día. Todos tenemos muy claro que antes que las siglas de los partidos está la ciudad. Lo hemos demostrado. Más allá de cuestiones que se han querido trasladar, pequeñas diferencias de criterio,  estamos todos a una.

-¿Va a remodelar el equipo de gobierno?

-Una pequeña remodelación tiene que haber porque se va el alcalde y entra un nuevo concejal (Francisco Javier Gutiérrez Jaramillo) y tendremos que ver cómo encajarlo. Pero las estructuras y el proyecto están.

-¿Cuál es su meta en política?

-Ser útil y una palanca para mejorar la vida de los vecinos.

-¿Se ve mucho tiempo en Ciudadanos?

-Todo el tiempo que haga falta.

-¿Ha llamado el PP a su puerta?

-No. No me lo han planteado. Es algo que está en boca de la prensa pero a mí particularmente ni me lo han ofrecido ni además estamos pensando en eso.

-Si lo hiciese ¿cuál sería su respuesta?

-Estoy en Ciudadanos y el partido que me representa es Ciudadanos.

-¿Cómo definiría su forma de pensar, de izquierdas, de derechas? ¿A quién votaba antes de que Ciudadanos existiese?

-Fui uno de los muchos abstencionistas. Siempre me ha gustado la política pero nunca he sido militante ni simpatizante de un partido porque ninguno terminaba de llenarme en todo. Me considero profundamente liberal, una persona muy abierta, bastante tolerante y sobre todo muy moderado, aunque a la gente ahora no le guste la moderación. Valoro positivamente los logros conseguidos en este país, independientemente de quién los haya obtenido, gobiernos de izquierda o de derechas, y también soy muy crítico cuando han sido perjudiciales. Para mí Ciudadanos  representa el verdadero centro político y la verdadera política liberal.

-No me diga que antes de a Ciudadanos no votó a ningún partido.

-Voté pero me eso me lo reservo porque al final todo cambia. Es verdad que en las anteriores elecciones a que Cs surgiera, me sentía huérfano de voto.

-¿Cuál es ahora su relación con el PSOE? Hace dos años estuvieron a punto de llegar a un acuerdo.

-Es una relación muy complicada que espero que cambie. Por desgracia están mezclando cuestiones personales con otras que afectan al conjunto de los ciudadanos. Sinceramente, a día de hoy soy muy pesimista, por lo que hemos visto las últimas semanas y lo que vimos ayer. Los grupos políticos tenemos dos opciones: intentar sumar o dinamitar y provocar altercados. La ciudadanía nos pide estar a los verdaderos problemas, que bastantes son.

-En este tiempo de legislatura, se ha caracterizado por huir de las polémicas, por no mojarse. ¿Es una estrategia? ¿Quiere llegar intacto a la alcaldía?

-No. No es llegar intacto a la alcaldía. Es convicción particular. Hay cuestiones sobre las que se puede discutir y yo discuto mucho, aunque utilizo un tono sosegado. Y hay otras sobre las que no merece la pena discutir. Mis intervenciones son sosegadas y respetuosas, por si se pega algo a la oposición, para intentar llegar a algún tipo de acuerdo. Por ahora solo hemos llegado a uno, espero que en el futuro sean más.

-¿Dos años son suficientes para demostrar que Ciudadanos merece quedarse en el ayuntamiento?

-No son dos años. Es una nota a 4 años. Hay que tener en cuenta que este gobierno de coalición lleva trabajando desde el primer día. Los dos últimos años serán una continuación. En el ayuntamiento las cosas han cambiado a mejor. Es mucho más receptivo a las sensibilidades de asociaciones, empresarios y vecinos. Se recibe y se escucha a todo el mundo. Eso ha sido muy positivo por el hecho de que nosotros hayamos entrado y que el PP haya asumido que esa escucha activa es muy importante para generar consenso en la ciudad. Por desgracia se había perdido en la última legislatura, que fue muy difícil, pero lo hemos recuperado y la ciudadanía lo nota.

-Del pacto PP-Cs firmado hace dos años quedan aún muchos compromisos pendientes.

-Nos hemos encontrado con una pandemia que ha afectado a los que tienen más complicaciones técnicas y presupuestarias. Pero la mayoría de los acuerdos están en marcha o cumplidos. Nos comprometimos a dotar al ayuntamiento de herramientas digitales que permitieran una mejor relación con el ciudadano. Tenemos el portal de tributos y la Administración electrónica con la nueva sede que en breve verá la luz. En Urbanismo, en dos años hemos modificado 10 veces el Plan General. Hemos abierto la comisaría de Montesinos, las obras de la Alcazaba o la vigilancia policial del Casco Antiguo. Y cumpliremos las medidas pendientes.

-Entre los asuntos en los que no se ha mojado está el cementerio islámico. La comunidad musulmana confía en que cuando usted sea alcalde, acceda a cederles un terreno. ¿Cuál será su posición?

-La que hemos manifestado. Si se tiene que adaptar una parcela a los requerimientos de los enterramientos musulmanes, se hará. Pero estamos en la pugna sobre si este espacio se puede abrir a aquellos que quieran enterrarse en igualdad de condiciones. Esa es la reflexión que tenemos que hacer. La ciudadanía no entendería que si no hay una parcela reservada exclusivamente para una confesión, se la demos a otra. Pero los musulmanes tienen el derecho y tendrán la oportunidad de poder cumplir con sus ritos en Badajoz.

-A la vista de que queda poco para el relevo, ¿se está produciendo un trasvase de poderes? ¿Le está facilitando el PP este proceso?

-Es una gestión compartida. El trasvase será nominal, porque los equipos están trabajando de manera única desde el primer día.

-Sin embargo se trasluce cierto recelo o competencia entre algunas áreas por no ser los concejales del mismo partido.

-En todos los equipos hay competencia, pero no insana. Hay una sanísima competencia, con un objetivo común: mejorar la vida de los ciudadanos. Tener un gobierno de coalición sirve para que los concejales agilicen su labor. No hay ninguna rivalidad.

-¿Los cuatro concejales de Cs forman un grupo compacto? En el último pleno se puso de manifiesto que no siempre piensan lo mismo, al hilo de las amenazas que han sufrido algunos miembros del Gobierno central. ¿Cómo lo explica?

-Es un asunto peliagudo pero mi grupo es absolutamente compacto. Como consecuencia del bochorno que sentí por la situación que se dio, les dije que votaran en conciencia y que yo asumía esta situación. Expresamente abrí el pleno condenando la violencia que habían sufrido el ministro, la directora general y el antiguo vicepresidente del Gobierno. Luego se intentó ampliar a la ministra Reyes Maroto y con aquellos actos violentos que habían sufrido el resto de partidos políticos durante la campaña de Madrid. Ese fue el detonante de la discusión. Condeno y condenaré todos los actos violentos, independientemente del color político. Pero no debo tolerar que desde la hipocresía más absoluta Podemos negara la posibilidad de condenar toda la violencia ejercida en la campaña de Madrid. Visibiliza algo que está sufriendo este país en los últimos tiempos, que es la falta de unidad y el partidismo en la condena de los diferentes actos violentos. No puede haber atacados de primera y de segunda.

-¿Ha estado cómodo gobernando con Vox?

-He estado cómodo poniendo sobre la mesa el proyecto de ciudad que tenemos firmado y en el que estamos trabajando día a día. Badajoz está por encima de todo.

-¿No le ha resultado incómodo gobernar con un concejal de ideología tan extrema de la que hace gala?

-Lo que a mí me vale es el trabajo que se haga día a día en las delegaciones. Un ayuntamiento tiene que centrarse en los problemas reales de los vecinos. El resto, los posicionamientos, están muy bien para las mociones, pero no tienen nada que ver con la labor de gobierno.

-Dos años de alcalde ¿y después qué?

-El tiempo dirá. Mi intención, mi voluntad y mi ilusión es continuar, presentarse y someterme al escrutinio y al voto de los ciudadanos que son los que nos ponen y nos quitan. Tengo ahora más ganas que antes, porque ya conozco las dificultades, hemos superado los peores momentos por la situación sanitaria de la ciudad. Ahora queda lo bueno: poner el objetivo en mejorar la ciudad. Si consigo un éxito en el 2023 será porque hemos hecho las cosas bien y si no, no habrá que rasgarse las vestiduras, esto es política y la gente decide.

-El futuro de su partido no es muy halagüeño, ni en España, ni en Extremadura, y ya veremos en Badajoz. Hay quien da por finiquitado Ciudadanos y su trayectoria así lo indica.

-Yo me afilié a un partido pequeño sin esperar nada a cambio. Simplemente por intentar ayudar y echar una mano. Cambiar primero mi ciudad, luego mi región y mi país.

-¿Qué cree que ha fallado en Ciudadanos para que los electores vayan perdiendo su confianza?

-Creo que hemos fallado en comunicar lo que hacemos. Pero no hemos metido la mano. Se escucharán muchas críticas hacia Ciudadanos, pero no de gestión. Sostenemos los pactos y los lideramos donde funcionan, pero no pueden ser un cheque en blanco. Ha habido problemas puntuales en Murcia que han provocado que el partido tomase una decisión. Pero Cs lo forman personas y las situaciones particulares obligan a evaluar si un acuerdo se cumple o no. En Badajoz se está cumpliendo muy satisfactoriamente. En Murcia los compañeros entendían que no. Ése es el problema de comunicación: no haber sido capaces de trasladar los motivos a la opinión pública. Si somos testigos de prácticas que no son adecuadas no podemos ser cómplices, debemos denunciarlas. Pero jamás vamos a romper gobiernos donde funcionan.

-¿Piensa que Cs tiene su espacio y es recuperable?

-Creo que sí. Espero verlo en Madrid y que la gente se canse de esta espiral de polarización y de violencia. No se está hablando de los problemas reales sino haciendo campaña contra alguien. Al final la polarización hace que uno vote pensando en qué no quiere, en lugar de en lo que quiere. Es un problema, pero como todo, es cíclico.

-¿El sistema es más condescendiente con los grandes partidos que con los recién llegados?

-Puede ser. Hay estructuras de partido que llevan mucho tiempo, con un peso enorme en la vida púbica y en la sociedad civil y que tienen su suelo, hagan lo que hagan. Y hay otros partidos, como nosotros, que sufrimos más con los vaivenes y tenemos que asumirlo. Pero igual que conseguimos ilusionar a la gente podemos volver a hacerlo. Confío en el rearme de Ciudadanos y que volvamos a crecer como ya lo hicimos en su momento.