El servicio público de alquiler de bicicletas de Badajoz (Biba) va a mejorar y ampliar su parque de vehículos con 78 nuevas bicis. El ayuntamiento acaba de sacar a licitación la adquisición de 60 bicicletas por 35.000 euros. A esta remesa se añaden otras 18 que aporta anualmente la empresa del mantenimiento, Siex 2000.

Las nuevas serán como las últimas que se han incorporado, de color verde, cuando el servicio se reanudó, a mediados del pasado mes de diciembre, tras casi un año en suspenso. Según el concejal de Transportes, Jesús Coslado, «están dando muy buen resultado». Hace cuatro meses se estrenaron 90 bicicletas y seis nuevas paradas.

Las nuevas bicis amplían el parque y sustituyen a las antiguas. En estos momentos existen en la calle un centenar, de las cuales 40 son antiguas. Con las 78 nuevas, habrá 25 bicicletas más en la calle que ahora, todas con el sistema nuevo. Coslado confía en que la compra se pueda adjudicar antes de mes y medio, pero no puede avanzar cuándo se podrán incorporar al servicio, pues los fabricantes tienen problemas de suministro de piezas.

Cuando se reanudó el servicio, el ayuntamiento volvió a confirmar su compromiso con las bicicletas eléctricas, que Coslado se plantea como proyecto para los próximos dos años. Como ocurre en otros municipios, el de Badajoz está a la espera de las inversiones que pueda acometer a través del Fondo Nacional de Reconstrucción y Resilencia, que destina una tercera parte a energías renovables y movilidad. De hecho, el concejal apunta que el ministerio sondeó a los ayuntamientos sobre los proyectos que podrían ponerse en marcha con este fondo y uno de los que Badajoz defiende es la transformación en eléctrico del servicio público de alquiler de bicicletas. Sería «un proyecto muy ambicioso» junto a la Concejalía de Vías y Obras, con una inversión superior a 5 millones de euros, que incluiría construir carriles bici e infraestructuras de movilidad como puntos de recarga mixtos.

El ayuntamiento podría ir adquiriendo bicis eléctricas con sus fondos propios, pero la llegada de los europeos agilizaría la conversión. Las nuevas paradas ya cuentan con dos soportes cada una para estas bicicletas y la idea es que sean todas, aunque seguirán sirviendo para las convencionales. 

Coslado está convencido de que esta conversión será bienvenida por los usuarios, pues las bicicletas eléctricas, que se cargan automáticamente en la paradas, requieren menor esfuerzo físico.

Desde que el servicio público Biba se reanudó a finales de año, los usuarios se han ido incorporando paulatinamente y en estos momentos son más de 700. El concejal reconoce que la situación sanitaria y las condiciones climatológicas no han ayudado a su relanzamiento, pero confía en que se produzcan muchas nuevas altas esta primavera.