En la semana de los libros que culmina el 23 de abril, regreso a 10 de los más difíciles que han caído en mis manos. Son más, pero así, a vuelapluma, el primero que me sale es el ‘Ulises’, de Joyce, solo la historia de un día, demasiado tiempo para la vida de Leopold Bloom y sus andanzas, tan parsimoniosas e intrascendentes que puede llevarnos al tedio o la locura. Aún no lo terminé, pero lo he intentado medio centenar de veces. También, ‘Rayuela’ –«Nos queríamos en una dialéctica de imán y limadura, de ataque y defensa, de pelota y pared»-, de Cortázar, un autor complicado que asusta a cualquier lector. Su estructura anárquica, surrealista y caótica es de tal magnitud que puedes no pasar de las diez primeras páginas o parar en la mitad del libro y pensar que has terminado la novela. Por supuesto, Proust y ‘En busca del tiempo perdido’, siete tomos que casi nadie ha leído, pero hay que acabar el primero y, si logras superar el episodio de la magdalena -y no has leído ni cien páginas aún- te habrás acostumbrado a su peculiar sintaxis y a sus reflexiones, aparentemente desvariadas, pero certeras sobre la vida. ‘La Divina Comedia’, de Dante, un poema épico que te llevará por el infierno, el purgatorio y, si consigues alcanzar el cielo, igual te encuentras con su amada Beatriz. Ezra Pound y ‘Los Cantos’ un poema larguísimo que te puede ayudar a odiar la poesía por toda la eternidad, pero si lo acabas podrás disfrutar, incluso, de la execrable poesía actual que masacra las redes sociales. En ‘Crimen y Castigo’, Dostoievski maneja la intriga hasta la extenuación del lector y necesitaremos mucha paciencia para no quemar el libro. ‘Moby Dick’, de Melville, del que dicen que es un libro que no habla de nada. Yo creo que sí: de nada y de ballenas. Un rollo de cuidado. De ‘El señor de los anillos’, las nuevas generaciones han salido ganando: ya hay película. Su trama laberíntica exige morder el polvo más de una vez. ‘El péndulo’ de Foucault, de Eco. Lees ‘En nombre de la rosa’ y crees que volverás a disfrutar. Ni lo sueñes, serás un héroe si pasas de la página veinte. Y, claro, ‘Don Quijote de la Mancha’, que es mejor no leerlo por obligación sino cuando abandones el instituto. Por si los de arriba te parecen complicados, aquí van mis últimas y actuales lecturas: ‘Setentena’, de Luis Alberto de Cuenca; ‘Donde la tierra se acaba’, de Luis Herrero; la recopilación de artículos de David Gistau que ha reunido David Lema en ‘El penúltimo negroni’; ‘Esplendor y vileza’, de Erik Larson; ‘No digas nada’, de Patrick Radden Keefe; y ‘Una biblioteca en el oasis’, de Juan Manuel de Prada. Y no me olvido de una joya para quienes amen el cine: ‘Películas malas e infravalorados’, de Garci.