Como ocurrió en muchas otras ciudades amuralladas, Badajoz supeditó su desarrollo al derribo de tramos que consideró que constreñían su crecimiento y, en la actualidad, es difícil comprender su extensión y ubicación pues además de las partes desaparecidas, otras están ocultas entre edificios y vegetación. Según la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz, para facilitar la interpretación del conjunto amurallado habría que cerrar en lo posible el perímetro reconstruyendo las brechas que se fueron abriendo.

En el seno de este ambicioso objetivo se enmarca un proyecto que este colectivo ahora retoma y que ya defendió en el 2014, cuando el ayuntamiento anunció la rehabilitación del baluarte de la Trinidad con fondos europeos. Se trata de la reconstrucción de la brecha de este baluarte con la recuperación íntegra del lienzo, una actuación que esta asociación cree amparada en la Ley de Patrimonio Histórico de Extremadura, que permite la reconstrucción si existen suficientes elementos originales y conocimiento documental de lo que se ha perdido. Ambos criterios se cumplen.

Reconoce esta asociación que el principal obstáculo sería encontrar una solución para permitir el paso de vehículos entre San Roque y Ronda del Pilar. Para resolverlo, se abriría una oquedad de dimensiones suficientes para el tráfico. Se haría de forma que esta apertura no simulase una puerta histórica, para no inducir a error.

En su propuesta, la Cívica razona que no se trata de acometer una reconstrucción que no se distinga de la original, aunque se aproxime al máximo, pero sin llegar al mimetismo. Para diferenciar la construcción original de la nueva se podría utilizar distinta cadencia en el uso de la piedra, retranqueos, tonalidades de acabado o líneas de ladrillo

Este colectivo aduce que existen numerosas fotografías anteriores a la apertura de la brecha, lo que permitiría reconstruir merlones y y cañoneras, conforme a la Ley de Patrimonio. Según la Cívica, la solución adoptada sería igualmente válida para otras brechas de la muralla abaluartada, como la existente en la calle Rivillas, que terminaría de cerrar este baluarte, o la de la calle Hermanos Merino.

La propuesta que ahora recupera la Cívica tiene relación con la que avanzó el Ayuntamiento de Badajoz cuando en 2014 anunció la restauración del baluarte de la Trinidad, dentro del programa Baluartes, que incluía una pasarela peatonal metálica. Cuando la controvertida obra de rehabilitación terminó en 2017, el alcalde, Francisco Javier Fragoso, insistió en el interés de colocar este elemento para «volver a construir» el paseo de ronda, cuando hubiese fondos. De este anuncio nunca más se supo. Según el presidente de la Cívica, José Manuel Bueno, el ayuntamiento no siguió adelante «ante la posible polémica» añadida a la que ya suscitó la rehabilitación.

Ha pasado un tiempo desde entonces. El actual concejal de Turismo y Patrimonio, Jaime Mejías, se muestra a favor de la propuesta de la Cívica para reconstruir la brecha del baluarte de la Trinidad, en la línea de lo que se ha hecho en Olivenza. «Sería la puerta de entrada a la ciudad desde San Roque», aduce. Pero de momento esta actuación no entra en el «plan de ruta» del equipo de gobierno para la recuperación del patrimonio, «que va por otros derroteros». Así, señala que ahora las prioridades son el lienzo de muralla entre la puerta de Carros y del Capitel, el acceso de la puerta del Capitel, el aljibe, las ermitas de la Alcazaba, el camino cubierto y el Corredor Verde desde el Salto del Caballo a los Jardines de la Trinidad. «Los recursos son limitados y aunque lo vemos con muy buenos ojos ahora no es realista acometerlo», declara el concejal que, por otra parte, prefiere la solución que propone la Cívica, en lugar de la pasarela que se anunció.