La propietaria del estanco de la avenida de Elvas de Badajoz, Maribel García, no daba crédito cuando esta pasada madrugada, del domingo al lunes, han vuelto a avisarla de que su negocio había sufrido otro robo. El segundo con alunizaje en menos de 48 horas. La madrugada del viernes al sábado ocurrió el primero, con el mismo sistema: un vehículo se empotró contra el cristal del escaparte derecho del establecimiento, que reventó, a pesar de ser de gran grosor y resistencia.

En ambas ocasiones, los ladrones usaron coches robados. El primero fue un BMW de alta gama, que la Policía Nacional ya ha encontrado. No así el segundo vehículo utilizado, un Seat León de color rojo, que habían robado el día anterior de un garaje de los bloques del Cuartón del Cortijo, según se enteró por casualidad la dueña del estanco porque una clienta se lo contó.

La Policía Nacional ha confirmado a este diario de que este vehículo aún no ha aparecido, como tampoco han sido detenidos los autores de los robos, de los que desconoce si tienen relación entre sí. Desde luego, si no están relacionados, ha sido muchísima casualidad y bastante mala suerte.

El primer robo tuvo lugar hacia las 3.30 de la madrugada y, el segundo, dos noches después, pasadas las 4.30 horas. La dueña asegura no tener «ni idea» si tiene relación un robo con otro. En ambos sucesos, tras empotrar el coche, dos ladrones encapuchados entraron en el local. La propietaria cree que actuaron de tres a cuatro personas, aunque solo dos accedían al interior. En el primero, «se llevaron mucho», según la responsable. El robo se prolongó apenas cuatro minutos, suficientes para que los autores lograran llevarse dinero en efectivo de la caja registradora además de gran cantidad de tabaco. En su retirada, se apoderaron además de varias cachimbas apresuradamente.

Anoche no se llevaron nada, aunque sí causaron cuantiosos daños materiales, como la primera vez. En esta ocasión, los ladrones no llegaron al mostrador. Maribel García cree que pudieron asustarse por algún ruido y desistieron, según recogen las cámaras de seguridad.

Este estanco ha cumplido dos años en septiembre y nunca antes había sufrido ningún robo. De los dos sucesos recibieron los avisos de inmediato. Saltaron las alarmas y la central receptora llamó a la policía, que contactó con los propietarios. La segunda vez, Maribel García se podía creerlo. Como medida de seguridad, el sábado encargó varios bolardos para obstaculizar el acceso, pero no hubo tiempo suficiente para instalarlos. «He preguntado a la policía cómo ha podido ocurrir ahora con el estado de alarma y me ha dicho que es más fácil, porque están en alerta si escuchan un motor», cuenta. Lo que sí sabe la responsable es que quienes han robado en su negocio han tenido que estar observando el establecimiento previamente. La brigada provincial de la Policía Judicial se ha hecho cargo de la investigación.