Siete días después de que tres trabajadores que retiraban camalote en el Guadiana perdieran la vida tras volcar la barca en la que se desplazaban por el azud de La Pesquera, las causas del accidente continúan siendo una incógnita. Los agentes de la Policía Judicial y Científica de la Policía Nacional ya han remitido parte de las diligencias al juzgado, pero la investigación sigue abierta para tratar de esclarecer las circunstancias en las que se produjo el trágico suceso. Tampoco la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), que anunció la apertura de un expediente informativo tras los hechos, comunicó ninguna novedad al respecto, mientras que el servicio externo de prevención de riesgos laborales de la empresa Foresa a la que pertenecían los fallecidos, continúa también elaborando sus propios informes.

«No sé si alguna vez se sabrá qué pudo ocurrir a unos trabajadores y una embarcación que pasaban por allí con muchísima frecuencia acabaran así», lamentó ayer José Luis Prieto, gerente de Foresa, quien confió en que la policía pueda arrojar algo de luz cuando concluyan sus informes. Por el momento, según lamentó, ni los expertos ni los propios compañeros de las víctimas encuentran explicación a cómo la barca acabó en el azud, tratándose de unos trabajadores experimentados y que conocían estas aguas, pues llevaban varios años desempeñando este trabajo.

La barca en la que volcaron, que quedó encallada en el azud, fue recuperada el pasado viernes por los bomberos y la Policía Nacional. Según explicó José Luis Prieto, cuando la embarcación fue extraída del río tenía el motor, «con apenas 80 horas de funcionamiento, por lo que estaba prácticamente nuevo», y había gasolina en el depósito.

Mientras las investigaciones siguen en marcha, los compañeros de los tres fallecidos -José Luis Martín, de 31 años, Rafael Gemio, de 44, y Emilio Bastida, de 60- se incorporaron ayer de nuevo a sus puestos de trabajo, ya que desde el día del accidente no habían vuelto al río en señal de duelo. Ninguna brigada estuvo destinada en el azud de La Pesquera. «Está siendo muy duro, pero tenemos que seguir para adelante», aseguró uno de los compañeros, que señaló que, aunque han pensado en rendir algún homenaje a las víctimas, «aún es muy pronto».

También el gerente de Foresa reconoció que está resultando «muy difícil» retomar la normalidad, sobre todo, para quienes compartían trabajo a diario con José Luis, Rafael y Emilio.