El edificio del antiguo convento de las Trinitarias, situado entre las calles Concepción Arenal y San Lorenzo, en pleno corazón del Casco Antiguo, se convertirá en un centro de negocios. Ese es el proyecto de la promotora oliventina Noctua Studio, de Segundo Martín, que ya está presentado en el Ayuntamiento de Badajoz, a la espera de la licencia de obras.

La historia de ese convento se remonta al siglo XIII, pues donde se ubica su capilla se levantó la iglesia del Salvador y en el siglo XIVestaba en este lugar el Hospital de la Concepción, al que pertenece la fachada. Las religiosas se trasladaron en 1878 a este histórico edificio, que abandonaron en abril del 2001 por falta de vocaciones y fue víctima del espolio. Martín lo adquirió en el 2002 por 240.000 euros.

Previamente había comprado un terreno de 250 metros cuadrados que linda con el convento. Su idea inicial fue levantar un hotel y estuvo en conversaciones con varias cadenas hoteleras, que no cuajaron. Optó también por la construcción de apartamentos y el proyecto llegó a contar con autorización de la Dirección General de Patrimonio.

El nuevo proyecto se ejecutará en distintas fases, por plantas, cuyo uso estará en función de lo que permita la normativa, siempre con seguimiento arqueológico. El centro de negocios ocupará la primera planta, aprovechando las celdas de las monjas, en las que se distribuirán los despachos. Esa sería la primera y más inmediata actuación del promotor, al que le gustaría que se instalasen negocios relacionadas con industrias culturales y creativas, de la llamada «economía naranja».

La primera planta y la segunda son casi al completo de reciente construcción (1991), con estructuras metálicas. El promotor querría instalar una cafetería «con encanto» en la pequeña superficie situada en la segunda planta, para que los clientes accedan a las vistas desde la terraza. Pero esta iniciativa depende de que el ayuntamiento pueda autorizarla, ya que está limitada por la Zona Saturada de Ruidos, cuyo área abarca la ubicación del convento. Inicialmente, la idea del promotor era dedicar la planta baja, donde está la iglesia y el patio del claustro, a salas de usos múltiples para celebraciones, conferencias o exposiciones. Pero esta apuesta, que se pondría en marcha con una empresa de celebraciones, se ha aparcado debido a la situación sanitaria. De momento, esta planta se deja abierta a lo que se pudiera realizar en un futuro, dado que además su rehabilitación es más complicada por la protección de los espacios que abarca.

El proyecto se empezará a acometer con el centro de negocios en cuanto disponga de licencia de obras. Respetando la distribución resultarían 15 despachos (de entre 14 y 16 metros cuadrados y uno de 22 de reserva como espacio multiusos). Martín desconoce si tendrá demanda. «Es una buena opción para empezar con menos gastos», defiende. Lo primero que hará será trasladar aquí sus oficinas, que ahora tiene en Olivenza.