Albertucho (Sevilla, 1983) le sigue llamando su madre. Seguramente es como lo reconocerán todos sus amigos y sus seguidores por los siglos de los siglos, aunque ahora sólo atienda al apoyo de Capitán Cobarde, con el que da nombre a su último disco, que estará firmando hoy en Cáceres (Carrefour) y mañana en Badajoz (El Corte Inglés). Una presencia que acompañará con un espectáculo acústico con la guitarra, el bombo, la pandereta y la armónica "en plan hombre orquesta", que es lo que hace cuando no va con los músicos de su banda, que tocan el contrabajo, el violín, la mandolina y el banjo. "Muchas veces hay que defender las canciones tú solo, por pasármelo bien y ofrecer algo distinto", sostiene el artista.

Después de esta parada promocional, Capitán Cobarde tiene previsto volver en noviembre a Extremadura, donde se ha fraguado buena parte de su carrera artística, para actuar en Cáceres (el día 6 en la sala Barroco) y el día 27 en la sala Mercantil de Badajoz, en la que ha recalado tantas veces que el local de la calle Zurbarán se ha convertido en un clásico de sus giras cada vez que saca un disco.

Alberto Romero Nieto está encantado con la evolución de su trabajo. Capitán Cobarde está enfocado a la música americana, el bluegrass, el newfolk y sus cantautores, después de que en sus orígenes se decantase por el punk y el rock urbano nacional. Para él este cambio "es lo más natural del mundo", porque tiene claro que se trata de "escuchar música y hacer lo que te gusta, lo que te pone los pelos de punta, lo que te emociona, no tiene más misterio". El resultado es que "me encuentro bien haciendo esta música, componiéndola, produciéndola y tocándola con los músicos".

Y encima funciona, porque su público se siente identificado con su evolución "en su inmensa mayoría". Capitán Cobarde empezó siendo "muy chico" con 17 años y su "gente" siempre lo ha acompañado desde entonces. Gracias a esa gente su último disco ha salido adelante a través de crowdfunding, en el que todos se han unido para apoyar esta incursión en la música americana. No fue fácil. Fue una incertidumbre. Pero "ellos sabían perfectamente por los tiros por los que yo iba y me han apoyado". El no engaña con lo que quiere hacer. "La honestidad --sostiene-- es el ingrediente principal de cualquier tipo de arte y también en la música tienes que hacer lo que te dé la gana, si no, no funciona". Eso es, aunque influyan otros factores. "Independientemente de la virtud y del talento que tengas para escribir canciones, siempre tienes que ser honesto".

Empezó en Warner, siguió en discográficas independientes, ha pasado por todo tipo de plataformas y este disco está editado con una independiente pero lo distribuye una multinacional. "Es como trabajar juntos, tu gente te paga el disco, te ayuda a sacarlo y llegas a un acuerdo con la multinacional para que haga una promoción digna y un producto bien cuidado". Como él, la música evoluciona y también las relaciones. Capitán Cobarde se reconoce "un desastre con los ordenadores", pero se mueve con soltura por las redes sociales, donde cuelga frases de sus temas nuevos y entabla amistades "muy auténticas" que lo acercan a sus seguidores sin distancias. "Te permiten que la gente que te escucha te conozca y se sienta valorada y al contrario, ellos te valoran a ti".

A pesar de esa evolución, lo de Capitán Cobarde sí considera que es definitivo, y a partir de ahora seguirá sacando discos con este nombre. Le va bien y no se queja. "Estoy haciendo lo que me gusta, sería de desagradecido ir de quejica por la vida", razona.