La Policía Nacional detuvo ayer a una mujer por su presunta implicación en el tiroteo ocurrido la noche del miércoles en la calle Benegas del Casco Antiguo, en el que resultaron tres hombres heridos, uno de ellos de gravedad, en una reyerta entre dos familias de etnia gitana enfrentadas desde hacía tiempo.
Se trata de la madre del presunto autor de los disparos, que ha sido considerada por la policía como "incitadora del suceso", según adelantó ayer la delegada del Gobierno, Carmen Pereira.
El presunto agresor es Andrés S. S., tiene 24 años y es conocido por la policía por su historial. Podría haber estado implicado en otro tiroteo ocurrido hace meses en la calle Bravo Murillo.
La policía ha activado un dispositivo de búsqueda al tiempo que investiga los hechos y los distintos escenarios, ya que aunque los casquillos de balas y los restos de sangre se localizaron en la calle Benegas, las dos familias viven en calles adyacentes, en Afligidos y Campillo. No se descartan nuevas detenciones.
Todo comenzó pasadas las nueve de la noche con una riña entre las mujeres de las dos familias, en la que una amenazó a las otras con un arma blanca. Cuando volvían a sus casas apareció Andrés S. S. y con una pistola intentó disparar a uno de los miembros de la otra familia, un yerno, sin embargo el hermano de éste, Lucas M. M., de 30 años, se puso en medio para evitarlo y recibió tres impactos, uno en el brazo izquierdo, otro abdominal con entrada por testículo y salida por glúteo y otro con bala alojada en cavidad torácica.
Según el parte del Servicio Extremeño de Salud (SES), el herido, al que hubo que extirparle el testículo izquierdo, se encuentra en la UCI del Hospital Infanta Cristina en estado grave, conectado a ventilación mecánica y con drenaje pleural.
En la reyerta también recibió un disparo en el tobillo izquierdo otro miembro de la misma familia, Enrique R. S., que tras ser atendido en el Hospital Perpetuo Socorro se dio a la fuga. Un vecino de la calle Benegas que se disponía en esos momentos a entrar en su casa sufrió el impacto de una bala de rebote en el oído.
En la zona se vivía ayer una tensa calma. En la vivienda de la calle Afligidos no había nadie, y aunque los vecinos aseguraron haber escuchado los disparos, entre seis y diez, nadie se atrevió a dar datos concretos, salvo que ambas familias estaban enemistadas desde hacía tiempo. Hace dos meses una denunció a la otra en comisaría.
VENGANZA "Este verano ya la liaron, y en otra ocasión también hubo disparos, pero al aire", relató una joven que quiso mantenerse en el anonimato. Su temor, como el de otros muchos vecinos es que haya nuevos altercados en represalia por este tiroteo. En la mente de todos estaba el caso reciente de la barriada de San Lázaro, en Mérida.
"Esto no va a quedar así, intentarán vengarse. Oímos gritar que los iban a echar de Badajoz. Así son sus leyes, si hay sangre hay venganza", señaló una vecina, quien lamentó que "podrían haber herido a más personas, incluso a niños".
Mari Carmen, vecina de calle Benegas, vio cómo "muchos corrían detrás de alguien por la calle Afligidos y a un joven tirado en mi puerta sobre un enorme charco de sangre. Un chico se quitó la camiseta y se la pusieron por encima".
"Ha pasado varias veces, pero son los mismos de siempre. La policía pasa por aquí con frecuencia y hace una labor encomiable", según Paco Delgado, regente de un supermercado en la plaza de San Andrés, quien insistió en que a pesar del temor "esta es una zona tranquila".
REACCIONES El presidente de la asociación vecinal del Casco Antiguo, José María Soriano, pidió a los vecinos "que no se alarmen y estén tranquilos porque la Policía Nacional y la Local están con nosotros". Además exigió a aquellos que no son capaces de convivir con los demás "y resuelven sus conflictos mafiosos y sus problemas comerciales de sustancias tóxicas a tiros, que se vayan al campo".
El Grupo Municipal Socialista anunció que solicitará un pleno extraordinario para abordar la seguridad ciudadana, algo que pidió la Asociación de Policías Locales de Badajoz (Aspoloba).
