El número de aparcacoches ilegales, conocidos popularmente como ´gorrillas´, que ejercen esta actividad en la ciudad se mantiene por debajo de la veintena desde hace dos años, según el intendente de la Policía Local de Badajoz, Antonio Nogales.

En estos momentos, en la capital pacense se dedican a esta actividad 17 personas, la mayoría españoles y dos o tres de nacionalidad portuguesa. Son casi la mitad de los 30 que se llegaron a contabilizar en los años 2007 y 2008, cuando aumentó su presencia notablemente sobre todo por la llegada de ciudadanos de países del Este que eligieron esta actividad para buscarse la vida.

Aunque el objetivo de erradicar esta práctica no se ha conseguido, Nogales sí valoró que se haya logrado reducir la presencia de ´gorrillas´ en las calles pacenses y que el número se haya mantenido estable desde el 2009, "porque en otras ciudades se les ha ido de madre", comparó.

En este sentido, defendió el trabajo de control realizado por la policía local, que solo entre los años 2007 y 2008 interpuso más de 450 denuncias a aparcacoches ilegales. En los dos últimos años, se han tramitado 254.

PRIMERO CON UN BANDO Badajoz fue una de las primeras ciudades españolas en prohibir esta actividad, al principio a través de un bando. Pero como se comprobó que no tenía fuerza para que las denuncias llegasen a la vía penal, se recogió como una infracción administrativa en la Ordenanza de Policía Urbana.

Hay establecido un protocolo de actuación, consensuado con jueces y fiscales, por el que los agentes cuando detectan a un ´gorrilla´ lo denuncian administrativamente y le ordenan que cese la actividad. A los 20 minutos comprueban si ha atendido el requerimiento policial, y sino es así --como suele ocurrir-- se abren diligencias penales por desobediencia a la autoridad, tipificada como falta en el artículo 634 del Código Penal.

La diligencias se envían al juzgado, que señala un juicio de faltas, al que habitualmente no se suelen presentar los acusados. Esta falta se sanciona con entre 10 y 60 días multa y si reinciden se acumulan las condenas, por lo que si no pagan, cuando la sentencia es firme, se les declara en rebeldía y el juzgado emite una orden de busca y captura. Entonces es cuando ingresan en prisión (cada dos días de pago se conmuta por un día de cárcel). Actualmente, segun el intendente, hay seis gorrillas en prisión.

ZONAS COTIZADAS Además de los controles rutinarios, la policía ha puesto en marcha en más de una ocasión campañas específicas para controlar a los aparcacoches ilegales y poner coto a esta actividad. Para ello, previamente realizó un estudio sobre las calles donde solían establecerse, fundamentalmente donde más cotizados están los aparcamientos y escasean, como la zona centro, en los alrededores de los centros hospitalarios o en las zonas de bares de copas, entre otros.

Así, la presencia de ´gorrillas´ es habitual desde hace años en Juan Carlos I, en El Campillo, Enrique Segura Otaño, el entorno de la estación de autobuses, Manuel Saavedra Palmeiro, la Ronda del Pilar, la avenida de Colón, el hospital Materno Infantil, la zona de la parroquia de San José, Ramón y Cajal o la urbanización Guadiana.