María Jesús Vázquez ha decidido cambiar su residencia habitual de la calle Jacinto Lobato por otra casa en San Sisenando los fines de semana. Vive apenas a unos metros de los dos bares de copas que hay en la primera de estas calles y asegura que esta es la solución que, de momento, ha encontrado para alejarse del ruido que viernes y sábado genera la concentración de grupos a las puertas de ambos locales. "No lo podemos soportar más. Ya he preparado otra casa y mi marido y yo los fines de semana nos mudamos", cuenta.

Asegura que ya ha probado otras opciones. "Mi casa es muy grande y he jugado con las habitaciones para ver sí se oía menos, pero esto es como tener un ´botellón´ en la puerta", describe. María Jesús y su marido han decidido poner el asunto en manos de un abogado "porque hemos denunciado muchas veces a la policía local, pero esto dura y dura". Además, se van poner en contacto con la Asociación para la Defensa de la Ciudadanía en Puerta Pilar para que les asesore porque creen que se está vulnerando su derecho al descanso. "Y encima cuando pides que bajen el volumen, te bordean", critica.

Esta vecina dice que no es la única que ha decidido mudarse y que otra pareja con un bebé ha tomado una decisión aún más drástica "y se van a vivir definitivamente a otra casa".