La Real Academia Española define la segunda acepción del término ‘bálsamo’ como «consuelo y alivio». También hay otras definiciones que aluden a sustancias líquidas y transparentes o a medicamentos de origen natural, pero estos últimos no vienen mucho al caso. Por ese motivo, la victoria del Badajoz ante el filial del Celta de este pasado sábado se puede calificar como balsámica. Porque además de ser terapeútica, supone grandes cantidades de alivio y consuelo para un conjunto blanquinegro que había firmado su peor arranque liguero desde su refundación en el año 2012.
El Badajoz llegaba a este envite tras cosechar una racha nefasta. En los últimos siete encuentros computaba seis derrotas y un único triunfo, un bagaje devastador para un equipo al que le exige una posición en la tabla mucho más alta de la que ocupa actualmente. Por historia, por plantilla y por las declaraciones de Luis Oliver, uno de sus dirigentes, que en el mes de julio aseguró que este equipo «haría liguilla seguro» al término de la presente temporada. El cuadro pacense estaba sufriendo lo indecible y le estaba costando anotar goles y sumar puntos. De hecho, en las últimas jornadas había caído al pozo de las posiciones de descenso. Precisamente por ese motivo, esta victoria es balsámica. No solo interrumpe esta dinámica tan negativa. Además, hace que el Badajoz pueda salir de las posiciones de peligro.
Un parón para recomponerse
Este resultado llega justo antes de que la competición establezca un punto y seguido debido a la irrupción de la Copa del Rey en el calendario federativo. Con la ausencia del conjunto pacense en el torneo del k.o. hace que tengan que hacer una pausa obligada la próxima semana. Aunque haya dentro del vestuario gente que piense que la dinámica del triunfo se rompe a causa de este descanso, el entrenador, José María Salmerón lo valora de una manera positiva. «Nos da tiempo para poder seguir trabajando. Tenemos que seguir controlando la carga para que los jugadores no se lesionen. Hemos tenido el campo en una mejor disposición», declaró tras el choque.
Durante esta semana atípica sin competición, el preparador andaluz podrá seguir adelante con la recuperación de jugadores tocados y lesionados, como es el caso de Carlos Calderón, Raúl Palma o Luis Valcarce. Además, también tendrá la oportunidad de tomárselo como una ‘minipretemporada’ en mitad del curso que será vital para poder afrontar los últimos compromisos del año con las mejores garantías.
Por tanto, este último triunfo del Badajoz ha llegado en el momento justo. En el caso de no haber podido obtener los tres puntos en este último encuentro este parón habría sido muy complicado de gestionar para un club que vive en una época convulsa a nivel institucional que ha sido acompañado por un más que discreto inicio de temporada en el ámbito estrictamente deportivo.
