1- Badajoz: Gonzalo Crettaz; Dani Fernández, Pardo, Miguel Núñez, Josema Gallego (Aitor Pascual 83’); Truyols (Adri Cuevas 80’), Isi Gómez (Otegui 83’); Jesús Clemente (Tahiru 74’), David Concha, Adilson; Gorka Santamaría.

1- Racing Ferrol: Gazzaniga; Louleiro, Fornos (Castro 78’), Jon García (Quintana 60’), Pumar; Alayeto, Álex López (Joselu 60’), Manzanara (Del Pozo 60’), Héber Pena; Viacava (Nathan 50’) y David Rodríguez.

Goles: 1-0 (m. 36) Adilson. 1-1 (m.70) Nathan. 

Árbitro: El colegiado madrileño Fernando Bueno Prieto amonestó a los visitantes Héber Pena (55’), David Rodríguez (64’) y Castro (82’). 

Incidencias: Los jugadores y el cuerpo técnico local volvieron a protestar en el primer minuto de juego por su situación institucional. En el Nuevo Vivero se dieron cita 8237 espectadores que disfrutaron de una jornada de convivencia antes y después del encuentro.

El Badajoz dio la de cal y la de arena en el mismo encuentro. Los blanquinegros tuvieron en su mano una victoria solvente y terminaron el choque pidiendo la hora ante un impetuoso Racing de Ferrol. Esta dualidad también se vio reflejada en otros aspectos del juego, ya que el Nuevo Vivero pudo disfrutar de la alegría de un gol de un Adilson que terminó los noventa minutos tras una aparatosa lesión, pero, al mismo tiempo, volvió a lamentar la fragilidad defensiva que le costó una vez más puntos a los pacenses.

Sudoku en el once

El Badajoz contó con las bajas de última hora de Dani Aquino y Gorka Pérez por prescripción médica y eso dio pie a la improvisación e imaginación de un Óscar Cano que jugó con un doble pivote conformado por Isi Gómez y Truyols y con una línea de tres medias puntas en la que David Concha ponía la magia gracias a su libertad de movimientos. Adilson y Clemente, por su parte, partían desde los costados y fueron incisivos junto la labor de los laterales que comandaron Josema Gallego y Dani Fernández. 

Intensidad sin precisión

El comienzo del choque fue eléctrico, con dos contendientes que movían con rapidez y fluidez el balón, pero ello no se traducía en llegadas claras. Los pacenses lograron inquietar por mediación de Gorka Santamaría, pero su intento no vio puerta. 

Fue entonces, cuando, pasada la media hora, llegó una mágica combinación entre Dani Fernández y Adilson, que terminó con un gran gol del segundo tras un toque de óleo sobre lienzo del primero. El jugador luso volvía a sonreír y el Nuevo Vivero se llevaba una pequeña tregua en mitad de una temporada tortuosa en el plano extradeportivo y discreta en cuanto a rendimiento en liga.

Se llegó al descanso con la renta mínima para los locales, después de que los gallegos pusieran un aviso que tuvo que abortar un Pardo que se erigió como comandante de la zaga en la matinal de este domingo.

Dos caras

Pero la bipolaridad de este Badajoz se vio acentuada en la segunda mitad. Los de Óscar Cano mantuvieron un buen nivel en los primeros compases del segundo acto del choque. Concha, que empezaba a sentirse cómodo en su nueva ubicación más centrada, y un inspirado Adilson, seguían poniendo el peligro en el bando blanquinegro. Precisamente, el jugador portugués estuvo muy cerca de poner el segundo de la matinal con un remate articulado con poca maña que se marchó fuera del marco defendido por Gazzaniga. 

Pero como suele decirse en el argot futbolístico, el que perdona, lo acaba pagando, y esa terminó por ser la suerte de un Badajoz que tenía una renta muy exigua que en cualquier momento podía acabar por malograrse. A veinte minutos del final, cuando el conjunto gallego volvió a hacer sangre por el costado izquierdo de los pacenses, los de Cristóbal Parralo pusieron la igualada por mediación de un cabezazo de un Nathan que había hecho su ingreso en el terreno de juego unos minutos antes de poner en tablas el choque.

Descontrol

Tras el gol recibido, el Badajoz volvió a mostrarse como un equipo frágil al que le cuesta reponerse de las adversidades. A los de Óscar Cano les resultaba un mundo hacer que el balón discurriera y comenzaron a tener imprecisiones y pérdidas de balón que le hicieron desconectarse del choque. Aunque el Racing de Ferrol siguió aproximándose a la meta defendida por Gonzalo Crettaz, finalmente terminó por repartirse los puntos con un Badajoz que, pese a estar arropado por más de 8000 fieles en su feudo, no pudo sumar su segundo triunfo seguido como local. Pacenses y gallegos se quedan igualados con 30 puntos en la zona templada de la tabla.

Una vez concluido el choque, el entrenador blanquinegro, Óscar Cano valoró el resultado obtenido por su equipo. El preparador blanquinegro consideró como un «excesivo castigo» el empate cosechado ante el Racing de Ferrol. «El equipo ha hecho lo que tenía que hacer y un error nos vuelve a condenar. En el cómputo global hemos sido superiores. Hemos tenido varías oportunidades para hacer el 2-0», apunta.

Cano admitió que la enorme fragilidad que sufre su equipo dentro del terreno de juego está muy motivado por lo que sucede en las oficinas a nivel extradeportivo. «El vestuario esta jodido. Independientemente del resultado, mañana hay que volver a la realidad. La paciencia tiene un límite. Les he pedido qje al menos entre nosotros no haya problema», expone.

El preparador andaluz incidió en la bipolaridad de su equipo, subrayando el buen hacer que tuvo durante el primer acto y destacando los errores que se han producido tras el descanso. «Nuestra entrada al partido ha sido buena. En la segunda parte hemos decidido muy mal en los contraataques. Cuando te dan un golpe, se te viene a la cabeza todo lo que tienes encima», comenta.

El técnico blanquinegro destacó el hastío y apatía que le produce hablar de aspectos extradeportivos en una situación que está alargando. «La esperanza y las situaciones tiene un límite. Solo les pido que entre nosotros no haya problemas», concluyó.