Opinión | OTRO RITMO

Inmortales

Bajo el sugestivo título de ‘Inmortales’ se han celebrado recientemente dos grandes concierto en el Palacio de Congresos de Cáceres, inaugurando la segunda edición del Festival Atrium Musicae, organizado por la Fundación Atrio Cáceres, y en el Palacio de Congresos Manuel Rojas de Badajoz, ambos con el aforo completo. La Orquesta de Extremadura, el Coro de Cámara de Extremadura y solistas ofrecieron una sensacional actuación que suscitó el entusiasmo de los numerosos espectadores. 

Con la magistral dirección de Andrés Salado, comenzó el espectacular concierto con la interpretación de la obra del compositor del barroco Henry Purcell (1659-1695), considerado como uno de los más destacados compositores ingleses de todos los tiempos, ‘Música para el funeral de la Reina María’, con el Coro de Cámara, fundado y dirigido por Amaya Añúa. Fantástica puesta en escena, con la intervención de una fanfarria de viento-metal y percusión, entre el público. A continuación, la orquesta y coro con los solistas Mar Morán (soprano extremeña, natural de Badajoz), la alicantina Sandra Fernández (contralto), el tinerfeño Airan Hernández (tenor) y el asturiano David Menéndez (bajo), con la dirección de Andrés Salado, lograron una formidable interpretación de la ‘Misa de Requiem’, obra póstuma de Wolfang Amadeus Mozart (1756-1791), en la que destacan algunas célebres secuencias, como ‘Lacrimosa’, ‘Dies irae’ o ‘Lux aeterna’. Se da la curiosa casualidad de que ambos compositores, Purcell y Mozart, fallecieron a la temprana edad de 35 años, en trágicas circunstancias. 

La Orquesta de Extremadura, como siempre, con excelente empaste y sonoridad. El coro, tanto a capella como con la orquesta, con perfecta afinación y conjunción de voces. Magnifica la actuación de los cuatro solistas. Y, de modo muy especial, a destacar la dirección de Andrés Salado, sin batuta, expresando con las manos con absoluta precisión y empaque, acertando en los inopinados cortes, ofreciendo, en suma, toda una lección de dirección coral, con exquisita sutileza, mostrando durante todo el concierto su dominio de tan delicadas y complejas obras maestras.