Opinión | Disidencias

Hormigas

Badajoz tendrá muchos defectos y carencias, pero lo que nos sobra es creatividad, imaginación, capacidad y osadía porque en cada vecino, le guste o no la cuestión, hay una opinión al respecto. ¿Eso que se dice de que en cada español hay un seleccionador de fútbol? Pues lo mismo. En la grada de un estadio o en la barra de un bar, hay futbolistas y entrenadores como peces en el mar. En la sala de espera de un médico, hay más doctores que en la Iglesia y, mirando una obra, más ingenieros y arquitectos que poetas que, por cierto, también abundan. Las personas, en general, pero los de Badajoz, en particular, sabemos de todo y más que nadie. Por ejemplo: con el cartel de Carnaval, de Semana Santa o de San Juan, nunca hay unanimidad, todos tenemos un cartel dentro de nosotros. Y, claro, así las cosas, también cada uno de los badajocenses tiene un pregonero de Carnaval que ofrecer. Desde 1981, hemos tenido de todo: de casa (como Juan José Poblador, el primero de todos, que ya se disfrazaba y celebraba, junto a los sabáticos, en la casa de Esperanza Segura Covarsí allá por los años 50, cuando la fiesta estaba prohibida y que, además, repitió, en el 25 aniversario del Carnaval contemporáneo, con Paco el Cerillo, otro icono de la fiesta); el dramaturgo Martínez Mediero, el poeta Manolo Pacheco, los periodistas Ángel Luis López, Teresiano Rodríguez Núñez, José Carlos Duque, Tom Martín Benítez, Manolo Pérez, Roberto Gómez, Carlos Herrera y el locutor Julián Mojedano; carnavaleros como Gori y Sansisena, Manolo González Lena, Carlos Eugenio García, Mari Pepa Orantos, Alexia Sánchez, Pepa Montesinos y Tamara Pulido, toreros (Antonio Ferrera), futbolistas (Copito), cantantes (Carlos Cano, Miguel Bosé, TamTamGo!, El Desván del duende, Soraya Arnelas o Los Chunguitos), actores (Juan Luis Galiardo, Loles León con Julián Quintanilla o Fernando Tejero), humoristas (Tip y Coll, Gomaespuma, Mariano Mariano -en San Francisco, por cierto-, los Hermanos Calatrava o José Mota), televisivos (el presentador Antonio Hidalgo o Mario Vaquerizo) o la miss Verónica Hidalgo. La regla no escrita es que fuera o tuviera algo que ver con Badajoz (o Extremadura) y en casi todos se ha logrado. Otra regla, más complicada, es que pudiera promover el Carnaval fuera de la ciudad y no tenemos tantos famosos de la tierra con trascendencia en Madrid o en la tele, pero alguno cayó. Y otra más, que de vez en cuando no viene mal proponer, es reconocer el mérito a carnavaleros de siempre por su entrega y compromiso con la fiesta. Desde luego, estos últimos son los que representan una tradición arraigada de siglos en Badajoz y que en 2025 cumplirá sus 50 años desde su restauración. Y, por cierto, he dejado para el final, el que, probablemente, sin ser de Badajoz, haya sido el mejor carnavalero por su exposición y por la promoción que hizo de la fiesta: Carlos Latre, un humorista descomunal desde el balcón del Ayuntamiento. Y, por supuesto, la añorada Mari Carmen y sus muñecos, antecedente de las hormigas Trancas y Barrancas, que a ver qué hacen este año. Ser pregonero es aparecer con un disfraz potente, compartir un discurso que a todos llene y promover una fiesta todo cuanto le sea posible. De y con cada uno de ellos, tenemos una anécdota que contar, pero esa es otra historia.