Opinión | disidencias

Electoral

Entramos en periodo electoral. Ahí van mis diez claves para la que se avecina. 1. Será importante el viento que sople desde Madrid. Es decir, el clima social de nuestro país, crispado, polarizado, engorilado y enfervorecido se reflejará a la hora de votar en Badajoz o en cualquier otro lugar de España. Que nadie se confíe: ni los que creen remar con el viento a su favor ni los que piensan que los muertos no pueden resucitar. 2. El candidato y quienes le acompañen no pueden ser unos tecnócratas, pero tampoco unos incapaces. Se espera de ellos que estén al lado de la gente, que comprendan sus problemas, que escuchen y que sirvan para algo. Ocupar las listas con amigos, enchufados, desoficiados y tipos que vienen a aprender, por no decir de inestables emocionales, solo puede derivar en una legislatura de vértigo y, en Badajoz, ya llevamos dos así. 3. El papel de interventores y apoderados será esencial para vigilar que el proceso sea limpio y que nadie tenga oscuras tentaciones. Personas que sepan de qué va la cosa, defender criterios e imponer el sentido común. 4. La agenda del candidato debe revelar equilibrio en las visitas, los contactos y las entrevistas, sin obsesionarse con llegar a todas partes ni hacer una súper campaña. El éxito, si es posible, no llegará ni de la cantidad de actos que se hagan ni del espacio que se ocupe, sino de la calidad humana que se despliegue, la humanidad que se transmita y la naturalidad con que se trate a la gente. 5. No hay que obsesionarse con los medios de comunicación ni con las redes sociales. Ambos serán importantes, pero no determinantes para la victoria, aunque sí pueden hacer daño en los fallos que puedan sumar en la derrota. 6. El equipo de campaña, que no se debe improvisar ni duplicar ni liarse en aventuras que no pueda controlar. Un candidato debe tener un equipo y solo ese equipo, junto con su criterio, es quien debe aconsejar y decidir. 7. El discurso sigue siendo emocional, pero estamos en el momento del dato mata al relato. No olvidar que la atención de la gente solo dura los minutos iniciales y los finales y que mantener dicha atención requiere empatía, compartir situaciones que quien escucha pueda comprender como cercanas o propias. 8. Cuidado con las elecciones autonómicas. Votamos dos listas. En una, al alcalde, pero en otra, sabe Dios a quién. En el caso de Badajoz, el Psoe tiene de número 1 al candidato a presidente de la Junta, pero no ocurre así con el PP, por lo que hay que situar en esa lista a gente que sume, que arrastre, que no provoque rechazo. Una vez más, hay que huir de los pelmazos, arribistas y todos esos que saben usar mejor los codos que la cabeza. 9. El detalle, las pequeñas cosas, eso es lo que le interesa a los ciudadanos, no la grandilocuencia de las promesas que nunca se cumplen, no los grandes proyectos que tapan las miserias cotidianas. A la gente le preocupa con lo que convive, no aquello con lo que le dicen que debe soñar. De ahí que deban simplificarse los programas, las ideas y las promesas. Y 10. A las personas hay que tratarlas como a personas, no como a tontos. Estamos en tiempos del insulto a la inteligencia. La sociedad es adulta. Continuará.