Hoy se celebra la XXXII Cumbre Ibérica en Trujillo. De nuevo se repetirán las muestras de cariño y cooperación entre los Gobiernos de ambos países, se renovarán los tratados de amistad, se reafirmaran los compromisos adquiridos años anteriores, repasando los avances y congratulándose de la marcha de los proyectos planteados conjuntamente en el marco ibérico, europeo y mundial y de los cuantiosos fondos europeos. De nuevo nos volveremos a acordar de ese acuerdo claro y contundente en la Cumbre Ibérica de Figueira da Foz el 7 y 8 de noviembre de 2003 en el que los Gobiernos de España y Portugal con el apoyo de la Unión Europea se comprometieron a que en el 2010 una Línea de Alta Velocidad entre Lisboa y Madrid permitiese ir de una ciudad a otra en 2 horas y 45 minutos. Y algunos nos lo creímos. De nuevo el presidente del Gobierno y la ministra de Transportes nos reiteran que el próximo año llegará el AVE a Extremadura, y ya no solo no nos lo creemos sino que nos parece una falta de respeto decir que lo que el próximo año podrá tener Extremadura se le pueda calificar de AVE.

Pero aunque de momento no podamos aspirar a un Tren de Alta Velocidad entre Lisboa y Madrid, ni nada que se le parezca, sí que debemos aspirar y exigir que el próximo año Lisboa y Madrid puedan estar conectadas por tren por Extremadura. Hemos reiterado esa petición y nos consta que se ha trabajado en ella. La solución es sencilla, económica y rápida si hay voluntad en conectar los dos países. Bastaría con prolongar el trayecto de un servicio actual entre Madrid y Badajoz hasta Lisboa por la denominada Linha do Leste. Solo habría que resolver algunos temas menores de circulación de los trenes. Temas de muy fácil resolución si hay voluntad.

No son los tiempos de trayectos ni las características ideales y esperables de un viaje en tren del siglo XXI entre las dos capitales ibéricas, pero mucho menos es la no existencia de esta conexión. Sin duda tendrá mucha utilidad para acelerar la mejora de esta línea en los próximos años, para visualizar esta necesidad, para empezar a crear una demanda y para mejorar el servicio y las oportunidades a todo el territorio transfronterizo y la cooperación ibérica. No podemos esperar el AVE entre Lisboa y Madrid en esta Cumbre, pero sí debemos esperar que el próximo año tengamos una conexión en tren que sirva como punto de partida para que terminemos la década con una Línea de Alta Velocidad entre Lisboa y Madrid por Extremadura y Alentejo, aunque sea con 20 años de retraso.