Manuel Guerra Correa, (1946, Badajoz) lamenta en esta entrevista la situación actual del fútbol femenino. Afirma que los equipos que no están bajo el paraguas de clubes masculinos viven bajo la amenaza de convertirse en equipos de barrio. Desde hace casi un año preside el Santa Teresa. Tras vivir un descenso y una profunda renovación, ahora tiene la complicada tarea de volver a la máxima categoría del fútbol femenino.

El próximo 7 de enero cumple un año como presidente. ¿Cómo valora esta etapa?

Ha sido una etapa muy dura. Me tocó hacer unos cambios bastante relevantes en el club en lo deportivo. Evidentemente, con un nuevo presidente, también debe haber una nueva junta directiva. Fue duro porque salieron casi todas las jugadoras y el cuerpo técnico, pero consideramos que era necesario.

¿En qué momento considera que es necesaria una renovación tan profunda?

Entré en esta junta directiva en verano de 2019. Desde entonces, estuve a cargo de la vicepresidencia económica y ahí ya veía que había que hacer bastantes cambios. El único cambio que no quería haber hecho era el de la presidenta, María Jesús Vega, que se marchó y me dolió mucho. A partir de ahí, estuve pensando en los cambios estructurales que había que hacer en el club.

¿Cómo valora el inicio de la temporada? ¿Considera que estáis más lejos de lo que esperábais de los puestos altos de la tabla?

Sí, sin ninguna duda. Nuestro objetivo fundamental es ascender a Primera Iberdrola. Tenemos un gran equipo y vamos a reforzarlo porque la plantilla es muy corta y tenemos falta de gol. Teníamos el proyecto de tener 18 jugadoras y cuatro del filial que alternaran el primer y el segundo equipo. Es un gran equipo y un buen trabajo hecho.

Manuel Guerra, presidente del Santa Teresa S. García

¿Están contentos con Manuel Fernández? 

Estoy contento, desde luego. Este entrenador trabaja muchísimo y está dedicado al club por completo. Los resultados no dicen la realidad de este equipo. Aquí ahora se ve fútbol, no como antes. 

¿Cómo es la situación financiera del club actualmente?

Cuando cogimos el club, heredamos una deuda bastante importante. Hemos pagado cosas y otras las hemos renovado. Pero el desfase económico viene porque la liga se prolongó un mes más debido al COVID. Entonces, tuvimos que pagar un mes más de nóminas y seguros sociales y a ello se sumó que hubo que abonar unas vacaciones que no pudimos dar. 

¿Hay deudas pendientes con proveedores?

Hemos llegado a un acuerdo con todos nuestros proveedores. Estamos intentando que esos acuerdos se llevaran a cabo con los pagos que tenemos que realizar. Nosotros no hemos ingresado dinero desde el mes de junio. Nosotros creemos que a partir del mes de enero nuestra situación financiera va a cambiar para bien por las cantidades que tenemos que recibir. Pero no podemos olvidarnos ni de la seguridad social ni de hacienda, porque si nos descuidamos ahí, no nos ingresan dinero. 

¿Esta temporada quedará solventado todo lo correspondiente de esta temporada y la anterior?

Yo tengo que ser optimista. Nos estamos moviendo. Fácil no es, pero tenemos apoyo de gente que nos ayuda a cubrir los déficits que tenemos, pero es que la pandemia está condicionando mucho todo en este apartado.

¿Se debe dinero a algunas de las jugadoras o miembros del cuerpo técnico que se marcharon del club?

Se le deben las vacaciones a tres jugadoras. Nada más. Al cuerpo técnico se le debe dinero, pero en vez de venir a pedirnos la nómina nos llevaron directamente al juzgado con unas cantidades que no se corresponden. Yo llegué al club en 2019 y me piden incluso cifras de años anteriores. Desde que estoy en el Santa Teresa está todo escrito y firmado, pero en el club no hay papeles de temporadas anteriores.

El actual tesorero se ha marchado del club y hay un miembro del cuerpo técnico que ha puesto una denuncia por impagos. ¿Qué tiene que decir al respecto?

Todavía hay manos negras que van a por este club. A algunos no les ha caído bien que no se haya contado con ellos en la parte directiva o en la parte deportiva. El gerente del club se marcha porque él personalmente ha considerado que se debía ir, pero no se ha ido por nada de pagos. Y sí, efectivamente, tenemos un técnico al que se le debe una nómina y nos ha llevado a la inspección de trabajo a denunciarnos. 

¿Por qué se están demorando tanto las obras en El Vivero?

La obra iba a durar 30 días y se tuvo que parar. Se pensó que una de las partes del césped era servible, y cuando se levantó no estaba en condiciones. Además, hay que tener en cuenta que el tema de contratación local lleva unos pasos. Tenemos que agradecer al Ayuntamiento y la Federación su ayuda para proporcionarnos otros campos para jugar y entrenar. También le estoy muy agradecido al Badajoz por cedernos su campo para jugar. La relación entre los dos clubes es inmejorable.

¿Qué le parece la situación del CD Badajoz?

Están teniendo muy mala suerte. Para una vez que tenemos a alguien que se preocupa del club y se preocupa de todo y que invierte dinero, se nos quita también. No quiero entrar si ha hecho bien o mal las cosas, pero entro en lo que este señor ha hecho por Badajoz. Para lo demás, ahí está la justicia y hay que respetar la presunción de inocencia. Ojalá todo salga bien.

Y por último... ¿Usted se considera feliz en este cargo?

Para ser presidente hay que estar un poco loco. Yo no quería ser presidente. Para mí fue un tema accidental. Es un marrón muy grande. Si eres una persona muy seria, lo pasas muy mal. Veo la figura de un presidente institucional y un director general, que es como funcionan los grandes clubes, pero esto es un trabajo enorme. Te aleja de tu familia y te cuesta el dinero y la salud y te crea enemistades.