Pepe Gutiérrez es un hostelero de los de toda la vida. Arrancó con 12 años en El Anzuelo de Oro, donde además de ser referencia en comidas, también se convirtieron en un lugar destacado dentro del panorama de los desayunos. Relata cómo el café del desayuno quitó espacio al vino de mediodía y la tostada de mantequilla hizo lo propio con el aperitivo de esa misma hora.

La cachuela

Caferería Neo Dadá Andres R FOTOGRAFIA

La consideran como «un desayuno pacense de toda la vida». Llevan 25 años trabajando con ‘la de Valverde’. El tomate con aceite, acompañada con queso fresco o curado es otra de las opciones más recurrentes. La vegetal o el aguacate también se han ido abriendo paso de forma notoria en los últimos tiempos. 

¿Hasta qué punto cree que influye la ubicación de este sitio?

Vamos a cumplir quince años en esta ubicación. Hemos tenido nuestros altos y bajos, pero cuando abrimos éramos, junto con el local de enfrente, un establecimiento que estaba muy bien situado porque es un punto casi de paso obligado. Tener estos ventanales y esta estética es todo un privilegio. 

¿Qué porcentaje de facturación le da el desayuno?

Puede andar entre un 25 y un 35 por ciento. Es importante. De aquí salen sueldos. Aunque se corre mucho y se gana poco. Para el volumen de venta que hay el margen es muy estrecho. Es un acicate para tener el local siempre abierto. Estar ahí desde por la mañana. Aunque con el precio al que está la luz ahora mismo es como para pensárselo.

¿Hasta dónde cree que podrán aguantar con esta situación?

Hay muchos compañeros que están cerrando. Creo que sería el momento de dar un giro a muchas cosas. Está visto que así no podemos seguir en el último escalón una subida tras otra. Llega un momento en el que no se puede aguantar más.. Hay días que hago 12 o 14 horas. A veces incluso 16, pero es lo que hay.

¿Cree que Badajoz puede postularse definitivamente como capital mundial del desayuno?

Sí, claro. Todos los que salimos por ahí nos hemos dado cuenta que fuera se desayuna mucho más caro y con una calidad y una variedad que no tiene nada que ver. No quiero nombrar Madrid o Barcelona, pero hay en muchas ciudades, como Salamanca o San Sebastián, en las que no sé por cuánto te saldría desayunar media tostada con jamón ibérico en condiciones. Badajoz lo tiene todo para ser, al menos, la capital española donde mejor se desayuna. Hay mucha gente que va rotando. Que un día prueba nuestra tostada y otro la del compañero. Pero lo suyo es hacer una tostada que te vaya a acompañar el resto de tu vida profesional. Que sea algo que identifique a tu local. Habrá compañeros míos que piensen de otra manera. Eso es totalmente respetable. 

¿Cuál es el acompañante perfecto de las tostadas?

El acompañante perfecto, por antonomasia, de un desayuno de entre 20 y 25 minutos es un pedazo de café con leche bien hecho. Pero un café de verdad. Con una máquina buena, en su vajilla y tirada por un camarero que sepa realmente lo que está haciendo.

¿Se está dejando de aderezar el café con azúcar o sacarina?

Sí, es algo que se está extendiendo. Los clientes han ido pasando del azúcar a la sacarina y de ahí a no echarse nada. Será por saborear el café, aunque también es por salud.

¿Cómo valora la iniciativa?

Le ha dado una vuelta a todo. Todo el mundo sabía que ese desayuno especial ya existía aquí en Badajoz. Ahora hemos ido a otra cosa. Ha sido para lucirse. No creo que la gente desayune a diario en Badajoz una tostada de 4,50€. Porque no se lo puede permitir. Es cierto que se ha notado y ha dado una publicidad a todo el mundo. Tanto a Saborea Badajoz, al Ayuntamiento, a los establecimientos y a todo el mundo.

¿Cree que ha habido propuestas que han sido poco realistas?

Quizás estemos hablando de otro tipo de concurso, pero una buena idea podría ser que cada local participe con su tostada característica. 

Local de mucha historia y tradición pacense con vistas a La Soledad

Aunque recibe desde hace ya algunos años la denominación de ‘NeoDadá’, debido a un cambio de gerencia y a temas legales y burocráticos, todo el mundo lo conoce por ‘Dadá’. Es una verdadera referencia en el Casco Antiguo y se encuentra en una de las ubicaciones más privilegiadas que puede haber en la capital pacense: la Plaza de la Soledad. Es un local con mucha historia y lleno de tradición. En su día fue ocupado por los Almacenes ‘El Barato’, que se dedicaban a la confección de caballeros donde en su escaparate se podían observar pantalones, chaquetas, entre un largo etcétera. También fue un ultramarinos.