La Ruta del Corcho, que recibe ese nombre por ser recordado desde tiempos inmemorales como un lugar de paso para los camiones que transportaban el corcho desde San Vicente de Alcántara, lleva casi cuarenta años sirviendo a oriundos y visitantes. Los últimos nueve ha sido regentado por la actual gerencia y en los dos últimos años han finalizado el concurso con una gran segunda posición. 

Tostada de jamón

La Ruta del Corcho. Andres R FOTOGRAFIA

En el propio establecimiento recomiendan la de jamón, que además es la más demandada por su condición de ibérico. Es una tostada abundante y sabrosa independientemente de la base que lleve. Otro de los nombres subrayados en su carta de desayunos son las tostadas con bacon y con queso curado que se combinan con distintas bases.

Repite segundo premio en el Concurso Saborea Badajoz de desayunos. ¿Esperaba tener este éxito?

Lo del concurso nos ha venido muy bien, la verdad. Es una publicidad gratis por la que normalmente tendrías que pagar. Es una manera de que te vaya conociendo la gente y que pueda venir hasta aquí. El año que viene repetiré seguro.

¿Este segundo premio le puede traer aún más gente?

Creo que sí. Cada vez sigue más gente el concurso. Cuando yo cogí este bar había desayunos, pero no es ni mucho menos la exageración que tenemos ahora. Todo ha mejorado bastante.

¿Por qué cree que gustó tanto esta tostada del concurso?

La gente nos ha dicho muchas veces que estaba muy rica y que les gustaba bastante. Lleva tomate de la tierra cortado en rodajas con lomo ibérico al ajillo. Hemos apostado siempre por productos de primera calidad y eso la gente lo nota. No siempre hay lomo disponible para poder poner en las tostadas, pero es el sabor típico de aquí. 

¿Viene gente de fuera aunque esté algo alejado de la capital?

Sí, desde Badajoz viene mucha gente. Los fines de semana llegan familias enteras que quedan para desayunar y te cuentan que han venido desde allí solo para desayunar y después se vuelven para atrás otra vez. Los días de diario tenemos a gente de por aquí, aunque cada vez viene más gente de fuera.

¿Lleva la cuenta de cuántos desayunos tiran al día?

Bastantes. Los fines de semana pueden estar entre los 150 y 200. Los días de diario, normalmente, está por debajo de los 100. 

¿Los desayunos han hecho crecer su negocio?

Sí, sin duda. Y ahora con el concurso más todavía. El desayuno está creciendo y lo estamos notando mucho. Aunque parezca que no, estamos en un sitio muy transitado. Tenemos cerca el cuartel militar y hay mucho tráfico, tanto a diario, como en los fines de semana.

¿Con qué pan se pueden sostener esas tostadas tan grandes?

Es pan de Viena. El mismo que usamos para los bocadillos al mediodía. Primero lo metemos al horno y después en el tostador para hacer la tostada. Así deja un resultado crujiente. A la gente le gusta, aunque hay personas mayores a las que les cuesta terminarse el desayuno porque es muy contundente.

¿Qué café ponen aquí?

Delta Oro. Y la leche también es de primera marca. No tiene sentido hacer un buen café sin leche de buena calidad.

¿Si viene alguien a última hora se van comidos a casa?

Son tostadas muy grandes. Con un poco más tienen el día hecho.

Un punto de encuentro para ciclistas y militares en Valdebótoa

La experiencia como hostelero de Facenda se remonta a los tiempos en los que regentaba desde bien joven en la cafetería del Tanatorio Puente Real, donde trabajó durante ocho años. En su actual ubicación, en un punto neurálgico de la pedanía pacense de Valdebótoa, está cerca de cumplir una década en un bar frecuentado por los propios habitantes del pueblo, por ciclistas y también por familias durante los fines de semana. Este local, que lleva casi cuarenta años sirviendo tanto a oriundos y visitantes, es un punto de encuentro en el desayuno para los militares de la Base Militar de Menacho