Diego Andújar sale al escenario y escucha ‘¡Viva Badajoz!’. Esto no sería raro si no fuera porque las tablas que pisa son teatros chinos. «Me lo gritan mis compañeros en cada actuación y yo me siento orgulloso, llevo a mi tierra por bandera allá donde voy».

Este bailaor pacense audicionó hace unos meses para el Ballet Flamenco de Madrid, que lleva 22 años representando la obra ‘Carmen’ por todo el mundo. «Me presenté sin pretensiones, por probar». Algo debieron ver en él, porque poco después recibió una llamada comunicándole que estaba seleccionado para una gira de dos meses por China. «Es la aventura más loca a la que me he enfrentado pero espero que vengan muchas más. Esta es la primera vez fuera de mi zona de confort», dice, si bien Andújar ya ha llevado el flamenco a sitios como Finlandia o Alemania, «aunque allí fueron periodos más cortos».

Cartel anunciador de 'Carmen' en un teatro chino. LA CRÓNICA

Esta compañía partió de España el pasado 12 de octubre y volverá a tiempo para comerse el turrón, el 18 de diciembre. Han pasado por lugares como Wuhan, Shangai o Pekín, «pero nunca más de tres días en cada sitio». 

Representan una versión de ‘Carmen’ con música en directo y con el flamenco, como es lógico, como protagonista. «Somos 28 personas en esta gira», dice Andújar, 10 bailarines, músicos, técnicos de luces y sonido o personal de vestuario incluídos. «Es una experiencia, una locura. Hasta que no lo vives, no eres consciente».

Diego con el vestuario de la obra, en el camerino. LA CRÓNICA

El bailaor afirma sentirse sorprendido por la cultura del país oriental y de «lo educada que es la gente. Nos piden fotos con un respeto... son muy cuidadosos». No le asombra, por el contrario, el respeto que tienen los chinos por el flamenco. «Se habla mucho de Japón pero China también admira mucho este arte. Aprencian mucho todo lo que viene de España, la verdad. De hecho tenemos muchas muestras de admiración, tratan a los artistas y a las personas que van a trabajar a sus teatros de de forma exquisita porque consideran que somos personas que dejan su país para venir al suyo a bailar, a dejarse la piel en un escenario. Les apasiona el flamenco». 

Esta noche Diego Andújar baila en Nanchang, una ciudad que es capital de la provincia de Jiangxi, al sudeste de China. «Estoy muy orgulloso de poder transmitir tanto de mí estando tan lejos de casa. Esto es por lo que bailo, para llevar el arte a personas diferentes. Soy consciente de que es mi profesión pero es que me hace muy feliz: todo merece la pena cuando ves la respuesta del público».