La concejala socialista en el Ayuntamiento de Badajoz Concha Baños no está dispuesta a dar carpetazo a la polémica surgida con una llamada que -insistió en que la hizo y presentó pruebas- realizó a la Policía Local y cuya existencia el alcalde, el popular Ignacio Gragera, negó. Baños compareció ayer ante los medios de comunicación para exigir a Gragera una «disculpa pública» por lo que consideró unas «injuria y descalificaciones hacia mi persona y mi trabajo en la corporación municipal» y señaló que su grupo quiere tener acceso a las llamadas que recibe la central de comunicaciones y a las imágenes grabadas en el lugar donde sucedieron los hechos que están en el origen de este asunto.

Baños acusó al alcalde de haber tratado con las declaraciones que realizó el pasado viernes de «mancillar mi dignidad, mi honor y mi credibilidad» por haberla acusado de mentir sobre un suceso que le ocurrió cuando volvía a casa con su hijo y que comentó en la red social X (antes Twitter). En su publicación manifestó que al salir del aparcamiento de Santa María por la calle San Juan vio a un hombre amenazar a quienes pasaban por su lado con un cuchillo, por lo que llamó a la Policía Local (al teléfono 924210072), que la remitió a la Policía Nacional ya que «no disponían de efectivos para atender mi requerimiento».

La concejala quiso dejar claro que con sus comentarios en la red social nunca quiso criticar a los policías locales «que bastante hacen con los medios humanos de los que disponen». Aportó pantallazos de esta llamada y de otra que después realizó al 112. Según dijo, no pretendía entrar en el juego de acusaciones cruzadas con el alcalde, aunque sí mencionó que ha habido más ocasiones en las que Gragera «ha mentido a la ciudadanía, a compañeros e incluso a su familia política». Pero la concejala no está dispuesta a que la tache de mentirosa «y nadie, por muy alcalde que sea me va a amedrentar y hacer callar».

Otras acciones

Si compareció ayer ante la prensa fue, según dijo, para exigir disculpas públicas, pues las declaraciones del alcalde así lo fueron, cuando tras ser preguntado por la prensa por las palabras de Baños, la acusó de mentir, y aseguró que esa llamada no había quedado registrada en la central de la Policía Local. Si la disculpa pública no se produce, el grupo socialista valorará «iniciar otras acciones», aunque no concretó cuáles. Baños exigió al alcalde que acredite su versión y aporte el registro de llamadas de la central de comunicación de esa tarde. Si no lo hiciera, entenderían que les oculta información, «porque quiera hacerlas desaparecer o porque no se estén grabando las llamadas, una cuestión que sí sería gravísima». Lamentó además que Gragera no se haya dirigido a ella personalmente ni se haya preocupado por lo ocurrido. «Por el contrario ha preferido ensuciar mi nombre, mi honorabilidad y mi credibilidad y ha tratado de amedrentarme utilizando su posición de poder con una supuesta investigación». A Baños le preocupa sobre todo el mensaje que este proceder del alcalde lanza a la ciudadanía, por castigar a alguien que reacciona como ha hecho la concejala ante una situación de peligro.